Bocanada | Filosofar
Por Pancho Salgado
El día de hoy me desperté con lo filósofo a flor de piel por lo que me dediqué a responder algunas preguntas simples, si hoy no tiene algo mejor que hacer, estimado lector lo invito a que responda este sencillo cuestionario:
1.- ¿Dónde estará ahora el agua con la que se lavó la cara esta mañana?
Se encuentra, seguramente, a unos kilómetros de aquí, fusionándose con el agua contaminada del tristemente célebre río Lerma.
2.- ¿De qué color son los bere-beres?
El primero es azul, como el cielo que está de fondo de escritorio de mi computadora; el segundo es verde, de ese tono verde que tienen las hojas antes de morir y el tercero es negro, como la noche sin luna.
3.- ¿Tiene experiencia previa?
En algunas cosas tengo mucha experiencia, en otras tantas que me gustaría, no.
4.- ¿Quién mete tanto ruido?
Los señores de los medios de comunicación, principalmente los encargados de los programas de chismes y los de los noticieros.
5.- ¿Qué piensan los sapos de las luciérnagas?
Que es increíble que la comida ande revoloteando por ahí y que además brillen con luz propia.
6.- ¿Cada cuánto tiempo?
Cada que puedo, cada que se puede, cada que se quiere, cada que se deja…
7.- ¿Cómo es la guerra?
La guerra es implacable con todo y con todos los que se ven involucrados en ella, nos enseña lo que es la tristeza profunda y lo absurdo que podemos llegar a ser los seres humanos, que no hemos logrado aprender nada del respeto hacia los demás y a la vida.
8.- ¿Quién se llevó el jarrón?
La dulce muchacha que vive a unas casas de aquí y que seguramente lo tomó para poner las flores que, en forma de besos, le regalan todos los que la ven pasar.
En mi cabeza hay muchas preguntas más, algunas tan profundas que no me atrevo a exponer aquí y otras tan absurdas como las que tienen que ver con las elecciones y con la economía de mi país, pero la verdad ya se habla demasiado de esto como para seguir diciendo más de esto, además, ya es hora de irse a trabajar, antes de tener que pensar en un buen pretexto para decirle al jefe… bueno, otro día le seguiremos preguntando al individuo que se asoma en el espejo del baño por las mañanas con cara de aturdido y que ahora me ve con cara de ¡apúrate inútil, que se nos hace tarde!
El día de hoy me desperté con lo filósofo a flor de piel por lo que me dediqué a responder algunas preguntas simples, si hoy no tiene algo mejor que hacer, estimado lector lo invito a que responda este sencillo cuestionario:
1.- ¿Dónde estará ahora el agua con la que se lavó la cara esta mañana?
Se encuentra, seguramente, a unos kilómetros de aquí, fusionándose con el agua contaminada del tristemente célebre río Lerma.
2.- ¿De qué color son los bere-beres?
El primero es azul, como el cielo que está de fondo de escritorio de mi computadora; el segundo es verde, de ese tono verde que tienen las hojas antes de morir y el tercero es negro, como la noche sin luna.
3.- ¿Tiene experiencia previa?
En algunas cosas tengo mucha experiencia, en otras tantas que me gustaría, no.
4.- ¿Quién mete tanto ruido?
Los señores de los medios de comunicación, principalmente los encargados de los programas de chismes y los de los noticieros.
5.- ¿Qué piensan los sapos de las luciérnagas?
Que es increíble que la comida ande revoloteando por ahí y que además brillen con luz propia.
6.- ¿Cada cuánto tiempo?
Cada que puedo, cada que se puede, cada que se quiere, cada que se deja…
7.- ¿Cómo es la guerra?
La guerra es implacable con todo y con todos los que se ven involucrados en ella, nos enseña lo que es la tristeza profunda y lo absurdo que podemos llegar a ser los seres humanos, que no hemos logrado aprender nada del respeto hacia los demás y a la vida.
8.- ¿Quién se llevó el jarrón?
La dulce muchacha que vive a unas casas de aquí y que seguramente lo tomó para poner las flores que, en forma de besos, le regalan todos los que la ven pasar.
En mi cabeza hay muchas preguntas más, algunas tan profundas que no me atrevo a exponer aquí y otras tan absurdas como las que tienen que ver con las elecciones y con la economía de mi país, pero la verdad ya se habla demasiado de esto como para seguir diciendo más de esto, además, ya es hora de irse a trabajar, antes de tener que pensar en un buen pretexto para decirle al jefe… bueno, otro día le seguiremos preguntando al individuo que se asoma en el espejo del baño por las mañanas con cara de aturdido y que ahora me ve con cara de ¡apúrate inútil, que se nos hace tarde!
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