De los 5 candidatos, ninguno cumple plenamente con mis expectativas: Nicolás Alvarado
Una demanda real como la que puede hacer IMPULSO o ‘La dichosa palabra’, puede ayudar a la televisión pública ante las reformas constitucionales: Eduardo Cazar
Blanca Ocampo /Toluca
‘La dichosa palabra’, uno de los programas con mayor audiencia del Canal 22, fue transmitido en vivo el sábado pasado desde el Aula Magna de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Mientras los 4 conductores se preparaban para entrar al aire, IMPULSO platicó con 2 de ellos.
Nicolás Alvarado
Director y fundador de la revista El Huevo y también uno de los conductores de ‘Domingo 7’ en TV Azteca, opina que ‘La dichosa palabra’ ha demostrado que la cultura puede ser un extraordinario entretenimiento si se adecua al lenguaje de la televisión.
En una entrevista comentaste que tu primera camiseta es la del El Huevo y después la del Canal 22. Ahora con tu trabajo en TV Azteca, ¿cuál es el orden de tus camisetas?
“Igual que siempre. Ora sí que a nadie quiere más uno que a un hijo y El Huevo en gran medida es mi hijo editorial (...) y, sin duda, uno de los grandes amores de mi vida. Canal 22 es mi casa, es el lugar en el que crecí, me desarrollé, donde me siento extraordinariamente libre, se parece mucho a lo que pienso que debe ser la televisión y me hace muy feliz. TV Azteca es una gran empresa que generosamente ha abierto las puertas a un espacio cultural, por lo que yo agradezco mucho esa inserción y es una fuente de trabajo para mí, pero desde luego tengo una relación emocional mucho menos intensa con esa empresa”.
En cuanto al actual proceso electoral, alguna vez mencionaste que esperabas que no te ganara una especie de apatía ante la falta de propuestas políticas por parte de los candidatos, ¿qué piensas ahora?
“Apático no estoy, preocupado sí. Muy probablemente vote por un candidato que no me convence, muy probablemente caiga en las garras del voto útil, cosa que me parece muy triste. De los 5 candidatos ninguno me entusiasma del todo, ninguno cumple plenamente con mis expectativas. Patricia Mercado es mi amiga y sin embargo creo que la propuesta de Alternativa no está suficientemente precisa. Tuve la oportunidad de participar en Democracia Social en el anterior proceso electoral presidencial y me pareció un proyecto más hecho, mejor construido. Desgraciadamente no me parece el caso de Alternativa, si bien yo simpatizo mucho con su agenda y desde luego votaré por Alternativa para el Congreso. Pero como dice el viejo adagio político: “la caballada está flaca”, y eso está preocupante. Sin embargo, me parece muy importante que la gente salga a votar. Si no salimos a votar, no estamos realmente participando en el desarrollo de la vida política de este país. Entonces, aunque no nos entusiasmen mucho los candidatos, desde luego hay que salir a votar”.
Has hablado de una crisis ideológica a nivel social, ¿no crees que la televisión propicie en gran medida esta situación?
“Yo diría que más que una causa, la televisión es un síntoma. Qué pasa, que vivimos en sociedades democráticas y las sociedades democráticas modernas tienden al individualismo de manera muy señalada. Esto tiene muchas cosas buenas, el individualismo se refleja en pluralidad y libertad de elección; pero también en cierta apatía ideológica: ya no existen las grandes abstracciones que concitaban los entusiasmos de la gente. Antes la gente daba la vida por la revolución, por su partido, por su religión, y eso ya no sucede. Yo creo que ganamos libertad en el proceso del individualismo, libertad de conciencia; pero también perdemos compromiso. Es decir, tenemos sociedades libres, sí, pero también frívolas. Creo que es un signo de los tiempos, tanto en el espectro político como el espectro mediático de nuestro país. Pero es algo que trasciende por mucho a los medios y por mucho a México, es simplemente un diagnóstico de las democracias modernas a nivel internacional”.
Respecto a tu desarrollo profesional, ¿cuál es la actividad que te hace sentir mejor?
“Yo siempre hago el chiste de que desafortunadamente no vivo de lo que escribo, pero sí vivo de lo que leo y eso me hace muy feliz. Digamos que el hilo conductor entre mi trabajo como editor, como divulgador en la televisión, como periodista y mi trabajo que tiene aspiraciones literarias, es la lectura. Yo quisiera pensarme como un escritor en ciernes que está haciendo tele por el momento, pero es algo que no podré confirmar hasta ver publicado mi primer libro, cosa que espero suceda a fines de este año”.
¿Puedes adelantarnos algo sobre él?
“Es un alfabeto de ensayos literarios alrededor de 29 palabras que nos produce particular escozor neurótico a algunos mexicanos: desde la A de asalto hasta la Z de zempasúchitl, pasando por la S de Salinas y la N de navidad. Me estoy divirtiendo mucho con la redacción y si todo sale bien y no me vuelvo moroso, estará publicado a fines de año por parte de la editorial Norma”.
Eduardo Cazar
Quien además de ser uno de los conductores de ‘La dichosa palabra’, sobresale por su labor literaria, académica y radiofónica, explicó que este programa intenta invitar a la lectura, a la reflexión, a la conversación y a pensar sobre el propio lenguaje.
Mucho se ha dicho sobre el papel que juegan los medios de comunicación en la actualidad. Giovanni Sartori, por ejemplo, refiere que la televisión se ha desarrollado en menoscabo del hábito lector y la capacidad crítica. ¿Qué opinas sobre “la caja idiota”, como algunos la llaman?
“Depende cuál sea el idiota que se aparece en la caja para que la caja te hipnotice o no. No depende tanto, incluso, de quién la esté viendo, sino de qué pasa. Por ejemplo, la televisión mexiquense a mí se me hace que tiene muy buenas propuestas, en el D.F. veo algunos de sus programas, o Canal 11. Lo que pasa es que son televisoras que no están sujetas a los requerimientos de orden mercantil, y como no se trata sólo de entretener, sino que afortunadamente hay un subsidio para estas televisoras públicas, funcionan con mayor libertad expresiva y creativa. El problema de una televisión más cerrada es que ya sabe qué va a funcionar y entonces no hay un arriesgarse por distintos contenidos”.
Sin embargo, se da el caso en TV Azteca, con Nicolás Alvarado también, de ‘Domingo 7’, programa semejante en formato a ‘La dichosa palabra’ y que está incrustado dentro de un sistema comercial.
“Es una cosa muy buena que una televisión comercial, como es TV Azteca, haya visto que este tipo de programas también tienen demanda (...) Una diferencia que tiene (‘Domingo 7’) con respecto a éste (‘La dichosa palabra’) es que lo hacemos en vivo y aquel lo graban y hay una postproducción después que le da otro ritmo. De cualquier manera, intentan interactuar con el público y creo que lo logran. Incluso la existencia de ese programa es un buen síntoma de que sí hay esa necesidad y que sí se reconoce”.
Has incursionado en la radio, en la literatura, en la academia, en la televisión, ¿dónde te sientes más cómodo?
En la academia, me gusta mucho dar clases y talleres de creación literaria. He venido a Metepec a la Escuela de Escritores a dar algunos cursos, y otros en la Escuela de Escritores de Coyoacán, esto es realmente lo que siento como actividad básica. Pero sí me he metido en cuestiones de difusión literaria, también en radio: tengo un programa que se llama ‘Voces interiores’ en Radio Educación que ya lleva 11 años al aire. Cada canal de comunicación exige determinadas características y adaptarse a ellas. Aquí la imagen es una cosa que se cuida, lo bonito de radio es que puedes llegar en pijama, sin rasurar, con tubos y no hay ningún problema (...) A mí como lo que me gusta es la literatura, me interesa difundirla y comunicar ese gusto por cualquiera de los medios”.
¿Qué opinión te merecen las reformas a la ley federal de radio y televisión, ahora que se están dando elementos al congreso para solventarlas de mejor manera?
“Pienso que uno de los grandes peligros que tenía la ley era la posible desaparición, por falta de soportes económicos, de los medios públicos. Pero creo que son procesos y que las leyes todavía son susceptibles de reglamentarse y de irse modificando y que, precisamente, ante una demanda real como la que ustedes pueden hacer a través de IMPULSO o nosotros a través del programa, va haciendo una presión para que se modifique. No creo que vaya a desaparecer la televisión pública porque es lo suficientemente fuerte, incluso en cada estado de la república”.
Blanca Ocampo /Toluca
‘La dichosa palabra’, uno de los programas con mayor audiencia del Canal 22, fue transmitido en vivo el sábado pasado desde el Aula Magna de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Mientras los 4 conductores se preparaban para entrar al aire, IMPULSO platicó con 2 de ellos.
Nicolás Alvarado
Director y fundador de la revista El Huevo y también uno de los conductores de ‘Domingo 7’ en TV Azteca, opina que ‘La dichosa palabra’ ha demostrado que la cultura puede ser un extraordinario entretenimiento si se adecua al lenguaje de la televisión.
En una entrevista comentaste que tu primera camiseta es la del El Huevo y después la del Canal 22. Ahora con tu trabajo en TV Azteca, ¿cuál es el orden de tus camisetas?
“Igual que siempre. Ora sí que a nadie quiere más uno que a un hijo y El Huevo en gran medida es mi hijo editorial (...) y, sin duda, uno de los grandes amores de mi vida. Canal 22 es mi casa, es el lugar en el que crecí, me desarrollé, donde me siento extraordinariamente libre, se parece mucho a lo que pienso que debe ser la televisión y me hace muy feliz. TV Azteca es una gran empresa que generosamente ha abierto las puertas a un espacio cultural, por lo que yo agradezco mucho esa inserción y es una fuente de trabajo para mí, pero desde luego tengo una relación emocional mucho menos intensa con esa empresa”.
En cuanto al actual proceso electoral, alguna vez mencionaste que esperabas que no te ganara una especie de apatía ante la falta de propuestas políticas por parte de los candidatos, ¿qué piensas ahora?
“Apático no estoy, preocupado sí. Muy probablemente vote por un candidato que no me convence, muy probablemente caiga en las garras del voto útil, cosa que me parece muy triste. De los 5 candidatos ninguno me entusiasma del todo, ninguno cumple plenamente con mis expectativas. Patricia Mercado es mi amiga y sin embargo creo que la propuesta de Alternativa no está suficientemente precisa. Tuve la oportunidad de participar en Democracia Social en el anterior proceso electoral presidencial y me pareció un proyecto más hecho, mejor construido. Desgraciadamente no me parece el caso de Alternativa, si bien yo simpatizo mucho con su agenda y desde luego votaré por Alternativa para el Congreso. Pero como dice el viejo adagio político: “la caballada está flaca”, y eso está preocupante. Sin embargo, me parece muy importante que la gente salga a votar. Si no salimos a votar, no estamos realmente participando en el desarrollo de la vida política de este país. Entonces, aunque no nos entusiasmen mucho los candidatos, desde luego hay que salir a votar”.
Has hablado de una crisis ideológica a nivel social, ¿no crees que la televisión propicie en gran medida esta situación?
“Yo diría que más que una causa, la televisión es un síntoma. Qué pasa, que vivimos en sociedades democráticas y las sociedades democráticas modernas tienden al individualismo de manera muy señalada. Esto tiene muchas cosas buenas, el individualismo se refleja en pluralidad y libertad de elección; pero también en cierta apatía ideológica: ya no existen las grandes abstracciones que concitaban los entusiasmos de la gente. Antes la gente daba la vida por la revolución, por su partido, por su religión, y eso ya no sucede. Yo creo que ganamos libertad en el proceso del individualismo, libertad de conciencia; pero también perdemos compromiso. Es decir, tenemos sociedades libres, sí, pero también frívolas. Creo que es un signo de los tiempos, tanto en el espectro político como el espectro mediático de nuestro país. Pero es algo que trasciende por mucho a los medios y por mucho a México, es simplemente un diagnóstico de las democracias modernas a nivel internacional”.
Respecto a tu desarrollo profesional, ¿cuál es la actividad que te hace sentir mejor?
“Yo siempre hago el chiste de que desafortunadamente no vivo de lo que escribo, pero sí vivo de lo que leo y eso me hace muy feliz. Digamos que el hilo conductor entre mi trabajo como editor, como divulgador en la televisión, como periodista y mi trabajo que tiene aspiraciones literarias, es la lectura. Yo quisiera pensarme como un escritor en ciernes que está haciendo tele por el momento, pero es algo que no podré confirmar hasta ver publicado mi primer libro, cosa que espero suceda a fines de este año”.
¿Puedes adelantarnos algo sobre él?
“Es un alfabeto de ensayos literarios alrededor de 29 palabras que nos produce particular escozor neurótico a algunos mexicanos: desde la A de asalto hasta la Z de zempasúchitl, pasando por la S de Salinas y la N de navidad. Me estoy divirtiendo mucho con la redacción y si todo sale bien y no me vuelvo moroso, estará publicado a fines de año por parte de la editorial Norma”.
Eduardo Cazar
Quien además de ser uno de los conductores de ‘La dichosa palabra’, sobresale por su labor literaria, académica y radiofónica, explicó que este programa intenta invitar a la lectura, a la reflexión, a la conversación y a pensar sobre el propio lenguaje.
Mucho se ha dicho sobre el papel que juegan los medios de comunicación en la actualidad. Giovanni Sartori, por ejemplo, refiere que la televisión se ha desarrollado en menoscabo del hábito lector y la capacidad crítica. ¿Qué opinas sobre “la caja idiota”, como algunos la llaman?
“Depende cuál sea el idiota que se aparece en la caja para que la caja te hipnotice o no. No depende tanto, incluso, de quién la esté viendo, sino de qué pasa. Por ejemplo, la televisión mexiquense a mí se me hace que tiene muy buenas propuestas, en el D.F. veo algunos de sus programas, o Canal 11. Lo que pasa es que son televisoras que no están sujetas a los requerimientos de orden mercantil, y como no se trata sólo de entretener, sino que afortunadamente hay un subsidio para estas televisoras públicas, funcionan con mayor libertad expresiva y creativa. El problema de una televisión más cerrada es que ya sabe qué va a funcionar y entonces no hay un arriesgarse por distintos contenidos”.
Sin embargo, se da el caso en TV Azteca, con Nicolás Alvarado también, de ‘Domingo 7’, programa semejante en formato a ‘La dichosa palabra’ y que está incrustado dentro de un sistema comercial.
“Es una cosa muy buena que una televisión comercial, como es TV Azteca, haya visto que este tipo de programas también tienen demanda (...) Una diferencia que tiene (‘Domingo 7’) con respecto a éste (‘La dichosa palabra’) es que lo hacemos en vivo y aquel lo graban y hay una postproducción después que le da otro ritmo. De cualquier manera, intentan interactuar con el público y creo que lo logran. Incluso la existencia de ese programa es un buen síntoma de que sí hay esa necesidad y que sí se reconoce”.
Has incursionado en la radio, en la literatura, en la academia, en la televisión, ¿dónde te sientes más cómodo?
En la academia, me gusta mucho dar clases y talleres de creación literaria. He venido a Metepec a la Escuela de Escritores a dar algunos cursos, y otros en la Escuela de Escritores de Coyoacán, esto es realmente lo que siento como actividad básica. Pero sí me he metido en cuestiones de difusión literaria, también en radio: tengo un programa que se llama ‘Voces interiores’ en Radio Educación que ya lleva 11 años al aire. Cada canal de comunicación exige determinadas características y adaptarse a ellas. Aquí la imagen es una cosa que se cuida, lo bonito de radio es que puedes llegar en pijama, sin rasurar, con tubos y no hay ningún problema (...) A mí como lo que me gusta es la literatura, me interesa difundirla y comunicar ese gusto por cualquiera de los medios”.
¿Qué opinión te merecen las reformas a la ley federal de radio y televisión, ahora que se están dando elementos al congreso para solventarlas de mejor manera?
“Pienso que uno de los grandes peligros que tenía la ley era la posible desaparición, por falta de soportes económicos, de los medios públicos. Pero creo que son procesos y que las leyes todavía son susceptibles de reglamentarse y de irse modificando y que, precisamente, ante una demanda real como la que ustedes pueden hacer a través de IMPULSO o nosotros a través del programa, va haciendo una presión para que se modifique. No creo que vaya a desaparecer la televisión pública porque es lo suficientemente fuerte, incluso en cada estado de la república”.
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