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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

“Seguiré viviendo en el ghetto de los monstruos”: Del Toro

“Seguiré viviendo en el ghetto de los monstruos”: Del Toro

Después de recibir nueve Arieles y presentar una propuesta fílmica ante el Senado, el cineasta Guillermo del Toro acudió a la Cineteca Nacional donde de manera desenfadada habló de sus filias y fobias

Por: Silvia Márquez / Ciudad de México

La Cineteca Nacional se llenó este miércoles con la presencia y personalidad del cineasta Guillermo del Toro, quien acudió a la retrospectiva de su trabajo fílmico, que incluye la proyección de sus seis largometrajes, algunos de sus trabajos televisivos y cortometrajes menos conocidos.

En un breve encuentro con la prensa, Del Toro dijo que el apoyo que hay en México para ser cine "se ha ido creando y desbaratando con cada sexenio de manera totalmente radical" por parte del gobierno, mientras que el de la iniciativa privada también se transforma y colapsa porque "si no hay una estructura federal o una estructura que permita una ventaja mínima del cine mexicano sobre el cine estadounidense entonces no permite que crezca más".

Para el próximo año, que es cuando se puede revisar el Tratado de Libre Comercio, el realizador piensa que "es de absoluta urgencia que las empresas culturales se puedan proteger y que puedan existir dentro de un esquema capitalista que se ha abierto y ha sido permeado completamente por el cine americano".

Al ser cuestionado sobre la presión de hacer películas son grandes producciones, el tapatío solamente sonrió y dijo: "yo hago cosas freakis toda mi vida, me vale madres que espere la gente de mí. De verdad, es muy irresponsable, pero es así. A veces el rollo te puede salir como algo más grande de producción pero siguen siendo películas sumamente íntimas; tal vez a lo más que llegaré es a hacer ‘boleros con orquesta’. No me interesa el formato de las grandes sinfonías, de prestigio, de nombres. Por ejemplo con ‘El laberinto…’ yo les decía, ‘he vivido en el ghetto de los monstruos toda mi vida y no saldré de él para buscar prestigio’. No me puse a hacer una adaptación de la obra de Dostoievski para ver si me ganaba un Oscar o no. El prestigio entre comillas vino a visitarnos a los monstruos y a mí, al ghetto, se tomó dos cafés y, o vuelve o no vuelve, ese ya es pedo del prestigio, mientras tanto yo voy a seguir viviendo en el ghetto, con los mismos monstruos y a toda madre".

Después de sorprender a los asistentes con la sencillez de sus respuestas y su actitud desenfadada, se proyectó el primer trabajo de Guillermo del Toro; el cortometraje "Doña Lupe" (1985), historia que en treinta minutos cuenta la anécdota de una anciana que se ve obligada, por apuros económicos, a rentar cuartos de su casona. Debido a la presión creciente de sus únicos inquilinos (dos judiciales ligados a narcotráfico), se ve obligada al crimen en defensa propia. Para ello cuenta con la ayuda del espíritu de su marido, un típico charro jaliscience.

Minutos después de observar el sello de Del Toro desde su primer trabajo en las pantallas, Leonardo García Tsao, director de la Cineteca Nacional, comenzó la plática con Guillermo, quien confesó que hace 22 años tenía ganas de hacer cine policiaco debido a la influencia de las novelas de Paco Ignacio Taibo II. "Mi idea era también hacer diálogos provincianos (…) Este corto surgió de una plática que nos dieron en la Escuela de Cine y Crítica de Occidente cuando nos dijeron que las películas de los Almada no pueden tener nada bueno si son todo majaderías y droga y yo dije, ‘pues voy a hacer un corto de majaderías y droga’ y todo por ese llevar a todo la contra que me ha hecho la vida infinitamente más fácil. Dije ‘vamos a poner tantas obscenidades como sea posible, droga, balazos y sangre’" explicó.

Y a pesar de que "Doña Lupe" eran los "balbuceos" del realizador, todavía tiene ganas de hacer "cine policiaco donde todo sea clase media, un policiaco pitero".

Los freaks

Del Toro se reconoce como un cineasta que trata de reflejar sentimientos de pérdida. "’El espinazo…’ tiene un sentimiento de pérdida brutal, ‘Cronos’ tiene una pérdida al final, ‘Hellboy’ es melancólica, un sentimiento que me evoca mucho a los pintores que más me gustan: los simbolistas (...) En la novela gótica, el romance gótico, tiene por fuerza una sensación de pérdida, de destrucción y de erosión que me encanta, entonces está ahí –en las películas-, es un espíritu muy gótico".

A pesar de que sus filmes hablan de mundos fantásticos y terribles, el tapatío reconoció que "el humor es fundamental; no tomarte en serio, ni a ti ni a la vida, pero trabajar muy enserio. Siempre me la paso riendo pero cuando me azoto, me azoto hasta el suelo y más abajo".

Por otra parte, para "El laberinto del fauno" una de las ideas primarias era "que tenía que estar llena de imaginería de obstetricia. Simbólicamente todo ese rollo de la mandrágora como bebé, del embarazo, el volver adentro, eran cosas que tenían que manejarse en la simbología y de hecho esos símbolos están en toda la película. Los cuernos del fauno, las trompas de falopio, cuando la niña abre el libro y se mancha de sangre pueden ser unos cuernos o un aparato reproductor y al final cuando llega al trono el patrón en el piso tampoco es muy sutil" indicó Del Toro, quien invitó a los asistentes a ver la película para descubrir ese universo simbólico e intimista.

Discursos del Oscar

"No soñaba con ganar un Oscar, me imaginaba cosas mucho más freakis, por ejemplo conocer a Christopher Lee y acabo de tomar un té con él por primera vez hace diez días y fue alucinante", dijo el ganador de nueve Arieles y tres Oscares, quien también piensa que "nunca me imaginé discursos de Oscar y viendo lo que pasó no tengo que preocuparme porque los alemanes siempre estarán ahí" bromeó con respecto a la película germana "Las vidas de otros" que resultó ganadora en la terna que competía "El laberinto del fauno".

Al respecto de los premios estadounidenses, Del Toro recordó que cuando empezó la carrera del Oscar y asistió a los festivales americanos como el de Santa Bárbara y Palm Spring, "un día se levantó alguien y me dijo ‘me encanta la película, es bellísima, pero ¿se da usted cuenta que sabotea sus oportunidades de Oscar con la violencia de la película y que una edición muy rápida y cuidadosa la haría mejor?’, y sí, pero entonces le dije que sería su película o la película de los cabrones del Oscar. Si la película me dice a mí que necesitaba esa violencia para tener el universo emocional que requiere, no me interesan las razones de los demás para quitarla o ponerla".

De esta manera, el también productor, guionista y actor, opinó que para que la poesía exista también tiene que existir la brutalidad, "por que sino es una postalita de ‘Amor es..’ o portada de cuaderno Scribe y si es pura brutalidad es una oscuridad que no tiene sentido, puro heavy metal prefabricado. Yo creo que el equilibrio entre lo bello y lo brutal es la esencia misma del tipo de arte que a mi me gusta hacer y ver".

Después de la tormenta… viene Hellboy II

Sobre el prestigio, fama y reconocimiento que ha logrado en los últimos años, Del Toro expresó que la lógica indicaría que "debo juntar todos los chips que gané con ‘El laberinto…’ y canjearlos por un proyecto más pequeño y de prestigio pero me vale madre (…) Hay restricciones de mercado, por ejemplo para el público americano la palabra ‘hell’ limita la gente que va porque es como si aquí se llamara ‘Cabronboy’ o ‘Chingaboy’", dijo con respecto a la segunda parte de la película que protagoniza Ron Perlman.

A propósito, en cada película Del Toro cuenta con cinco a doce jóvenes para que trabajen en puestos clave aunque no hayan tenido experiencia en cine. "Ahorita en ‘Hellboy II’ hay un chavo del DF que está en Londres modelando y diseñando en 3D, es su primera experiencia profesional y va a tener un crédito grandotote y hay otro que se llama Francisco Ruiz que está haciendo el diseño conceptual".

Y después de los sueños, viene la realidad a la que se enfrenta el director, quien reconoce que "Hellboy II" tiene el mismo problema de siempre. "Me encantaría ser razonable, pero no lo soy. Me dan un presupuesto y escribo algo que lo rebasa por completo", lo que lo convierte en un hombre visionario que después de cada éxito regresa a México para compartirlo con los de casa.

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La retrospectiva de Guillermo del Toro continúa en la Cineteca Nacional. Para hoy se exhibirá "Mimic" (23 y 24 de marzo), "El espinazo del Diablo" (26 y 27 de marzo), "Blade II" (28 de marzo), "Hellboy" (29 y 30 de marzo) y "El laberinto del Fauno" (31 de marzo y 1 de abril), con funciones a las 16:30 y 19:00 horas en la Sala 3, Fernando de Fuentes.

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