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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Espectáculos

“Mi vida dentro”, dramas de la frontera en pantalla

“Mi vida dentro”, dramas de la frontera en pantalla

Lucía Gajá presentó su ópera prima en circuito comercial, este fin de semana, en la Ciudad de México

Po: Silvia Márquez / Toluca

Austin, Texas, es un centro comercial, fabril, docente y de convenciones. Entre su producción, destacan los artículos de alta tecnología, como equipos eléctricos, semiconductores y equipos informáticos; pero también es el lugar en donde, en el año 2005, se llevó a cabo uno de tantos juicios contra mexicanos.

Los ojos del mundo llegan hasta el nombre de Rosa Olvera, migrante acusada de homicidio intencional de Brian, un pequeño de 18 meses, que se asfixia repentinamente. Después de su muerte se descubre que había tragado papel y que en lugar de serle extraído oportunamente, los intentos por salvar al niño le introdujeron todavía más el material en la laringe.

El caso de Rosa se puede ver desde la mirada de la cineasta Lucía Gajá, quien introdujo su cámara al juicio y logró entrevistas en la cárcel con la joven migrante. El resultado fue un documental, Mi vida dentro, que al mismo tiempo habla de lo que sucede con las mujeres mexicanas que están presas en Estados Unidos; lo que piensan, el desarraigo que sufren y lo que pasa con las familias que se quedan en México sabiendo del proceso que enfrentan sus hijas.

Como explicó Lucía Gajá, en entrevista para IMPULSO, la finalidad era "hacer un documental de mujeres mexicanas presas en Estados Unidos, justamente porque sentía que se hablaba mucho de los casos de los hombres y sabíamos poco de lo que pasaba con las mujeres. Entonces quería ver cuáles eran las pérdidas de las mujeres, además de la pérdida de la libertad".

La película está narrada de manera cronológica, estilo que permite al espectador mantener la tensión in crecendo mientras se muestra un proceso indignante lleno de la ideología de un país que basa su cultura en la creencia del héroe y el villano.

En este sentido, el espectador sigue la historia de Rosa como si se tratara de una cinta de ficción en donde no se sabe el desenlace del juicio hasta que la narración lo permite. Es entonces cuando se conoce la sentencia de la mexicana: 99 años de reclusión, más diez mil dólares de multa.

La narrativa responde, según Lucía Gajá, a un estilo contemporáneo de contar historias. "Existen muchas formas narrativas dentro de un documental y lo que pasa es que cada película debe tener una identidad, así sea documental o no. Varios cineastas que estamos haciendo documental en México estamos buscando estas formas y una de ellas es utilizar todos los procesos narrativos para poder hacer los documentales un poco más dinámicos".

La adhesión involuntaria del que mira desde el otro lado, bien podría tomarse como el punto de escape de la historia, pero su creadora asegura que "no quería hacer un drama", pues por sí misma "la historia es muy dramática y no se podía hacer una historia feliz".

Gajá dijo que lo que quería experimentar es "un equilibrio entre lo que le había pasado a Rosa y no dejar el contexto de lado; por ejemplo la madre de Rosa es un personaje que sufre mucho, pero que también sabe cómo llevar su situación, en Rosa incluso hay momentos en donde la vemos muy triste y otros en donde no (...) estoy segura de que habrá gente que pensará que sí me fui por el terrorismo sentimental, pero afortunadamente la mayoría de las críticas que he recibido son que se logró balancear y que es más un análisis que no se va tanto hacia el drama".

Mi vida dentro

se estrenó, este fin de semana, en cines comerciales del Distrito Federal. A pesar de haber sido exhibida en diversos festivales (como Tribeca, el Festival de Cine de Morelia, en Miami, Tesalónica y Suecia, el Festival de Lima y el BAFICI de Argentina, entre otros), la película se enfrenta por primera vez al público comercial.

Después de 10 copias, distribuidas únicamente en la capital del país, la intención de la cineasta es salir a provincia con su película bajo el brazo, así como continuar su distribución en Europa, donde brilla en circuitos pequeños de países acostumbrados a mirar bajo los ojos del documental.

Vampiros que muestran el lado xenofóbico de los gringos

Vampiros que muestran el lado xenofóbico de los gringos

30 días de noche de David Slade escarba en la ideología norteamericana en medio de una propuesta fílmica de terror

Por: Silvia Márquez / Metepec

Cada año, Barrow, un pequeño pueblo de Alaska se queda en la oscuridad con treinta días sin sol. Los habitantes están acostumbrados a dicho fenómeno natural, hasta que, la primera de las treinta noches, una serie de desapariciones y sangrientos asesinatos acechan a todos. Conforme la historia avanza, los personajes descubren que el responsable es un grupo de vampiros que aprovechará los treinta días oscuros para saciar su sed sin preocuparse por la luz del sol.

30 días de noche está basada en el cómic homónimo de Steve Niles y Ben Templesmith, que se publicó por primera vez en Estados Unidos en el 2002. Según las cifras de la distribuidora Diamond (la principal distribuidora de cómics de EEUU para librerías especializadas), 30 días de noche es el tercer cómic en más vendido, superado por el JLA: Liberty and Justice de Alex Ross, el League of Extraordintary Gentlemen Vol.1 TP de Alan Moore y el Sandman: Noches Eternas de Neil Gaiman.

Con el argumento ideal, la adaptación al cine de David Slade reúne todos los ingredientes de una película de terror hollywoodense.

Tras la apariencia de una cinta dominguera, que lo es, 30 días de noche expone entrelíneas los miedos y comportamientos recurrentes norteamericanos: el rechazo a la "otredad" (en este caso justificada con vampiros que matan de manera sádica sólo para saciar su sed), la figura del héroe que tiene que auto sacrificarse para salvar a los otros y redimirse después, una historia de amor difícil, así como la justificación de la violencia contra lo que es diferente o "no importa que mates a alguien que es malo, sea niño, joven o anciano".

La influencia del cine gore en esta cinta salpica sangre a diestra y siniestra, logrando escenas de excesiva violencia; sin embargo, la edición, fotografía y sonorización la colocan en el escalafón de aceptable.

La película recaudó 16 millones de dólares en su primer fin de semana en la taquilla estadounidense y canadiense, sacando gran ventaja a los filmes que apuntan a los premios Oscar en febrero, mientras que a las pantallas mexicanas llegó el pasado jueves.

Regresa a las pantallas mexicanas “Hasta el viento tiene miedo”, versión caras bonitas

Regresa a las pantallas mexicanas “Hasta el viento tiene miedo”, versión caras bonitas La Ópera Prima de Gustavo Moheno giró en torno a la "reelaboración o reimaginación" de la versión original, aunque en la pantalla quedó a deber

Por: Silvia Márquez / Metepec

Hasta el viento tiene miedo se estrenó en 1968 y desde entonces la película de Carlos Enrique Taboada se volvió un clásico del cine de suspenso a nivel nacional. En aquel año, la cinta fue filmada en Coyoacán y contó con la participación de Alicia Bonet, Marga López y Norma Lazareno, entre otras.

La historia de la alumna de un internado en el que todavía respira el fantasma de una de las ex internas, "revivió" en la mente y trabajo fílmico de Gustavo Moheno, cineasta egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica y que contó con el apoyo de Videocine, Oro Films, Hilo Negro Films, FIDECINE, Quality Films, Inbursa y Labofilms.

Durante la conferencia de prensa que ofreció en esta ciudad, Moheno reconoció que le "intimidaba esta película por ser un clásico" y aunque la cinta "mantiene la premisa original y los personajes principales", dijo que en esta versión, "los personajes han cambiado mucho, tanto que están alejados de los personajes de Taboada, pero con las ideas principales".

En tanto que la historia "llega a un lugar muy diferente, por lo que se aleja de la versión original".

Martha Higareda, quien interpreta a Claudia, protagonista de Hasta el viento tiene miedo, dijo que en el remake se muestran "cosas que fueron muy sutiles en la versión original y que ahora, por la época en la que vivimos, nos atrevimos a desenmascarar".

Y aunque el discurso giró en torno a la "reelaboración o reimaginación" de la película, en la pantalla la Ópera Prima de Moheno quedó a deber.

El internado para señoritas de la cinta original se transformó en la Casa Alquicira, un centro de apoyo para adolescentes con problemas de bulimia y drogadicción. Es ahí donde tras un frustrado intento de suicido, Claudia Villegas llega al centro donde el fantasma de una ex interna, Andrea, empieza a manifestarse.

La inconsistencia de la narrativa, tanto visual como dramática, hicieron que Hasta el viento tiene miedo cayera en lugares comunes y clichés sonoros del cine de terror de la década de los ochenta.

Un cameo de Alicia Bonet, Claudia en la versión original, abre la cinta en la que completan el reparto jóvenes como Danny Perea (Temporada de patos), Mafer Malo (Efectos secundarios y Rebelde), Elizabeth Valdez (La última noche), y Magali Boysselle (Párpados azules); además de Verónica Langer, Mónica Dionne, Valeria Ciangherotti, Cassandra Ciangherotti, Verónica Falcón, Guadalupe Noel y Cecilia Constantino.

La cinta se estrenará el próximo viernes 19 de octubre en las salas de todo el país.

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Sinopsis

Tras un frustrado intento de suicidio, Claudia es internada en un singular centro de apoyo para adolescentes con problemas, regido por la inflexible psiquiatra Bernarda Alquicira. Conviviendo con chicas que han pasado por trances similares, Claudia se ve enfrentada a las súbitas apariciones de Andrea, una interna que se suicidó misteriosamente en la torre del lugar tiempo atrás. La enigmática Josefina -compañera de Claudia- y la doctora Lucía Franyutti -brazo derecho de Bernarda- conocen la clave del extraño regreso de Andrea, pero incluso ellas se ven sorprendidas por los extraños acontecimientos que se suceden cuando el viento empieza a soplar.

“El violín”, ya suena en Toluca

“El violín”, ya suena en Toluca

La multipremiada película cuenta una historia cruel envuelta en la belleza de la narrativa visual de Francisco Vargas

Por. Silvia Márquez / Toluca

Despues de un viaje interminable a través de las pantallas internacionales, el proyecto fìlmico de Francisco Vargas por fin llega a Toluca como parte de su gira de distribución por diversas ciudades, muy al estilo de los documentales ‘Ambulante’.

"El violín" luchó por encontrar una distribuidora en México mientras que, irónicamente, recorría diversos países y cosechaba una serie de premios intenacionales. Es hasta éste año cuando la película pudo ser traída a nuestro país, en donde intenta romper las barreras malinchistas.

El filme, escrito y dirigido por Francisco Vargas y que cuenta con la presencia de actores como Ángel Tavira, Dagoberto Gama, Fermín Martínez, Gerardo Taracena y Silverio Palacios, habla de una historia atemporal y sin un lugar fijo. En ella Don Plutarco (Tavira), su hijo Genaro (Taracena) y su nieto Lucio (Mario Garibaldi) llevan una doble vida. Por una parte, son humildes músicos rurales; por otra, apoyan activamente al movimiento guerrillero campesino contra el gobierno opresor. La música es el puente entre los bandos enemigos, pues Don Plutarco establece una estrecha relación con el capitán del ejército, mientras intenta recuperar las municiones de los rebeldes.

En su paso por Toluca, Francisco Vargas y Silverio Palacios conversaron con IMPULSO sobre la aventura que implica realizar un proyecto hiperrealista en el séptimo arte.

Francisco Vargas

Cuéntame del proceso dramático, narrativo y visual que siguió ‘El violín’...

La película está basada en la sencillez y uno de sus objetivos era tener esa palabra en medio y en todos los sentidos: el narrativo, estético, en el presupuesto, en la resolución de las escenas, en las herramientas que usamos para hacerla y hasta las últimas consecuencias. Esto surgió por querer contar una historia: la esencia de la esencia de la esencia, narrar una historia de la manera más sencilla y lineal. Ahorita pereciera que lo más espectacular es lo más impresionante y se trata de ponerle cada vez más y más y más. Aquí lo que yo buscaba era exactamente lo contrario, contar de la manera más sencilla una historia, porque de esa manera tiene mucho más fuerza que lo otro que intenta ser grandilocuente y súper rebuscado.

Sin embargo tienes una fotografía preciosista...

Sí, pero siempre respetando la misma premisa. Lo que te decía también se va a la foto, hacerla de una manera sencilla, que no quiere decir simple o ‘facilona’. El trabajo de Martín Boege

es excepcional y en muchos lugares donde hemos presentado la película ha sorprendido a propios y extraños.

Además en medio de ustedes estaba Ángel Tavira, justamente hablando de esa sencillez...

Él fue elegido porque era lo que se necesitaba para la película ya que cumplía con esa idea de hacer una película verdadera, que pareciera un documental, por eso está hecha con cámara en mano, blanco y negro, actores súper buenos como Silverio Palacios, Dagoberto Gama, Gerardo Taracena y a un lado un viejo como Don Ángel Tavira.

¿De qué manera se puede pasar de contar una anécdota a realizar un trabajo cinematográfico de tanta calidad como el que vemos en pantalla?

Primero que uno no esté pensando en hacer una joya cinematográfica o una obra de arte, quitarse todas esas ideas de la cabeza y la clave es que uno piense en el mensaje que se quiere transmitir. Ese es el objetivo, para eso se hacen las películas como ésta, porque hay otras que se hacen como en panadería nada más para vender palomitas, pero hay otras en las que enserio quieres transmitir algo y cuando ese es el objetivo es fácil saltar de la anécdota a contar la historia porque no estás pensando en todo lo demás, sino en sólo contar la historia de una manera más honesta, verdadera, directa, apasionada.

Los corridos musicales, ¿qué papel juegan en la película?

En primera la película es un corrido. Yo me crié con la música popular y dentro de ella los corridos. Es una música que me gusta mucho y me pareció una buena manera de contar esta historia como un corrido y de alguna manera lleva esa estructura. Además, dentro de la película hay un corrido que es el que hace la transmisión musical de la historia, del saber, de todo, del viejo al hijo y del hijo al nieto. En este caso no se rompe la cadena y luego el niño transforma ese corrido y de ser un corrido de los Herrera lo hace un corrido de los Hidalgo, que es su familia. La única herencia que le queda al niño es la música, su guitarra y lo que sabe.

Por otra parte "El violín" se ha vuelto una leyenda en el extranjero, sin tener desde el principio el apoyo de una distribuidora aquí en México. ¿Cómo fue ese proceso?

La onda es que después de mayo en Cannes tuvimos que ir durante un año a llevar la película a festivales, por fortuna iba ganando entre uno y tres premios por mes y eso hizo que la gente hablara, que los medios de comunicación la siguieran y que se preguntaran ‘¿en México cuándo?’. Tuvo que hacerse todo eso para que fuera distribuida acá porque desafortunadamente la distribución en México de las películas mexicanas está muy mal y cuesta demasiado trabajo hacer que las películas lleguen aquí. Es una pena que primero tengan que ser reconocidas en el extranjero para que luego vengan a nuestro propio país. Eso hizo que ya la conozcan en un montón de lugares, que se haya estrenado en Francia en enero y siga en cartelera, que se haya estrenado en Brasil, en Colombia, en Polonia, en Inglaterra y demás y en México se estrene al final.

¿Qué proyectos siguen para ti?

Ahora quiero terminar de escribir un par de películas que estoy planeando y terminar la promoción de ‘El violín’ para hacer lo que sigue.

Silverio Palacios

Después de encontrarte en ‘Morirse en domingo’, ¿cómo fue la construcción de tu personaje en ‘El violín’?

Fue sencillo y no. Fue sencillo porque apenas entré al set me di cuenta que ya se había gestado un ambiente, un mundo en donde se había creado una actitud de rebeldía, con rencores, con odios amarrados en un paliacate en defensa de la dignidad, que es ese mundo en donde se desenvuelve la gente que está marginada, que está olvidada por las instancias de gobierno y que tiene que vivir en la resistencia perennemente. Fue fácil en ese sentido, Francisco –Vargas- ya lo había logrado. Desde luego platicamos en los previos, en los ensayos, cuando veíamos los documentales de la guerrilla, cuando se estaba construyendo el entorno, pero cuando yo llegué al set ya todo funcionaba en términos de guerrilla, hasta la misma filmación, había que ir en contra del tiempo que no nos era favorable, contra los recursos que no los hay como siempre, siempre hay que desanimarse pero sobreponer el espíritu y luego sobreponer el carácter y descubrir las responsabilidades del personaje, en este caso la responsabilidad del comandante guerrillero, ver en qué sentido funciona y lo más importante: ver qué parte de la historia me corresponde contar. En ese sentido fue fácil entablar una relación actoral con actores de la talla de Taracena que ya estaban involucrados.

¿Cómo terminaste con ‘El violín’?

Todavía no termino, aquí estoy. Parece que ‘El violín’ ha abierto un horizonte, me compromete en el sentido de que me vea yo mismo con la capacidad de proponer otras cosas actoralmente. En ‘El violín’ fue una prueba, necesito retarme y buscar otro personaje para ver si es cierto que tengo esas posibilidades.

Guillermo del Toro dijo que ‘El violín’ muestra la forma de hacer cine en México...

Es difícil no detectar que este cine es mexicano y desde luego él que es mexicano lo sabe. Esto no es todo México, pero sí es un México muy importante y sí es una forma de producción nacional porque destaca los valores actorales, de producción, temáticos, todos los valores en torno a cómo se crea una película, eso es muy nuestro definitivamente. Todos los actores que participamos ahí somos mexicanos y los que no son actores también corresponden a la pasión y el juego de hacer un rodaje y con la valentía.

Ángel Tavira, quien no tiene una formación actoral, ganó como mejor actor en "Un Certain Regard" de Cannes, ¿qué te deja a ti este hecho?

La primera lección que me dieron en actuación y que me lo dijo Alfredo Joscovich es que actuar en el cine es no actuar y siempre se me quedó grabado. Eso implica mucho porque los actores, sobre todo de teatro (de donde viene mi formación), siempre tratamos de construír el personaje con un rango gestual, con un rasgo de comportamiento físico y demás, pero en el cine tenemos un espacio muy condensado para poder imprimir una sustancia pequeñita de verdad y para eso simplemente hay que ser muy sencillo como es Don Ángel, muy espontáneo, muy original. Esa es una lección.

¿Cómo ubicas a ‘El violín’ dentro de tu carrera cinematográfica?

Es un paso favorable en mi desarrollo profesional como actor. Me obliga a tranajar más a fondo en la mejora de mis herramientas para hacer una propuesta cada vez más interesante.

Apuestan por los festivales de cine

Apuestan por los festivales de cine

Nidra A.C. desarrolla en Toluca y Metepec el 1er. Festival "Cine, cultura y vida"; hay presencia internacional y la promesa de hacer de éste un encuentro interdisciplinario el próximo año

 Por: Silvia Márquez / Toluca

Desde el pasado sábado y hasta el 2 de junio, la Asociación Nidra lleva a cabo el Primer Festival "Cine, cultura y vida", que pretende ser una respuesta ante la falta de espacios de exhibición para el cine independiente.

Como explicó para IMPULSO Ignacio Garnica Merino, director del Festival, "se trata de crear un puente entre los realizadores de cortometrajes y el público de Toluca y llevar el talento independiente hasta un lugar donde todos puedan verlo, sin necesidad de pagar un boleto".

"Cine, cultura y vida" surgió como "festival hermano" de "El cine a las calles" de la Ciudad de México, evento en el que los integrantes de Nidra participaron con un cortometraje. A raíz del encuentro sostuvieron amistad con el director de ese festival, quien les ayudó a contactar a diversos cortometrajistas a quienes se les envió la invitación para participar en el Festival tolucense.

De esta manera, la programación incluye trabajos de diversos estados de la República Mexicana, así como de Colombia, Argentina, Italia y Francia, entro otros países.

Garnica explicó que "no hay tantos realizadores de aquí de Toluca, pero ya está el espacio, van a conocerlo y esperemos que el próximo año nos manden su trabajo", pero también opinó que la sociedad de esta ciudad está "sedienta de cultura y más en cuanto al cine (...) Aquí, desafortunadamente, las películas de arte, las que te dejan algo, dan el ‘semanazo’, pero no es porque el público no las vea, sino porque las instituciones comerciales no permiten ir más allá. Con este Festival tratamos de captar a todo ese público que se va a otros estados a los festivales".

Cortometrajes invaden Toluca

En este momento, también en Toluca, se desarrolla el segundo encuentro de cortometrajes "A pantalla abierta", organizado por la Universidad Autónoma del Estado de México. Al cuestionar a Ignacio Garnica sobre la pertinencia de las fechas del Festival, respondió que cuando Nidra se enteró de las fechas de "A pantalla abierta" ya tenían gran parte del festival planeado; "no fue intencional que se empataran".

Además, dijo que "no es por menospreciar lo que está haciendo la Universidad, pero el encuentro ‘A pantalla abierta’ ha sido muy inconstante. El año pasado en su primera presentación tuvieron 16 cortos y 8 eran de una misma persona. También es demasiado local (...) está muy cerrado, no le dan la difusión que debería de tener, no se queda más que en ese esfuerzo, en la función en el Teatro de Cámara cada semana y hasta ahí".

En "Cine, cultura y vida", se presentarán realizadores independientes. Según Garnica "sólo necesitas una idea, una cámara y mucha perseverancia, para hacer buen cine. Estamos aceptando todo tipo de trabajos, desde profesionales hasta amateurs, siempre fijándonos más en el arco argumental que en el aspecto técnico, porque hay gente que tiene muchísimo talento pero que no tiene el presupuesto para poder llevar a cabo un súper trabajo".

Sin embargo, de los 150 trabajos recibidos para el Festival, se tuvo que hacer una selección de 80 cortometrajes. "Vimos todos los cortometrajes y hubo algunos que sí tenían muchas fallas tanto argumentales como técnicas y esos con toda la pena tuvimos que sacarlos, tratamos de seleccionar lo mejor que nos llegó. No estoy tratando de decir que los otros no fueran buenos, sino que por el problema de tiempo tuvimos que hacer esta selección" explicó Garnica.

Para el cierre...

El director del Festival dijo que después de las proyecciones, se seleccionará a los 10 mejores cortometrajes, mismos que serán exhibidos el próximo sábado 2 de junio a las 19:00 horas en la Plaza "González Arratia" de Toluca. Además, formarán parte de la muestra itinerante por diversos municipios del Estado de México.

Para la clausura, ese mismo día, se espera la presencia del cineasta oaxaqueño Carlos Poblano, quien presentará su filme "La santa muerte".

La convocatoria para el próximo año estará disponible en la página www.cicuvi.com en unos meses, a partir de octubre.

También para el próximo año se planearán talleres de dirección, guionismo y producción entre otros.

***

Las sedes del 1er. Festival "Cine, cultura y vida" son el Museo de la Estampa, Museo "José María Velasco", Museo-Taller "Luis Nishizawa", Centro Regional de Cultura de Toluca y de Metepec. Cada una cuenta con un programa de proyecciones.

Las razones del diablo

Malvinas

Por: Dionicio Munguía J.

Cuando la historia se olvida, se repiten las tonterías humanas. Hace 25 años que la Junta Militar argentina, comandada por Leopoldo Galtieri, decidió, en un acto de soberbia, recuperar unas pequeñas islas del Atlántico que, desde el siglo antepasado, pertenecían al imperio británico. Era obvio, dice Miguel Bonasso, escritor que se ha caracterizado por hacer un recuento de la guerra sucia en aquel país, que no se tenía ninguna ventaja frente a, en aquel tiempo, la tercera potencia mundial. Margaret Tatcher, primer ministro inglesa, decidió recuperar ese pequeño trozo del imperio a costa de la muerte de cientos de soldados ingleses y argentinos. La vergüenza, dice Bonasso, nos cubrió a los americanos, no por la derrota, sino por la soberbia que expusimos en aquellos tiempos.

Es tan simple revivir esa parte de la historia. Algunos canales de televisión, sobre todo por cable, lo han estado haciendo en días pasados, pero, además de recuperar ese vergonzoso capítulo, como expresaron algunos intelectuales argentinos en los programas, también reviven las muertes y las desapariciones de jóvenes que luchaban, bien o mal, en un extremo o en el otro, detrás de sus ideales y sus firmes convicciones. Hace poco tiempo se hablaba de los refugiados latinoamericanos que han llegado a nuestro país. Y cada opinión tiene un punto a favor y uno en contra. Depende de quien lo exprese.

Desde mi experiencia con los refugiados políticos, siempre he tenido un acercamiento positivo. Una editora catalana me enseñó a distinguir aquello que rodeaba al mito de la migración española. Muchos aportaron su calidad intelectual a las artes y ciencias nacionales, un buen número de ellos, pero los más llegaron a trabajar en labores donde no se les reconocían por sus aportaciones ni intelectuales, ni sociales, ni políticas. Simplemente trabajaron para sobrevivir. Casi lo mismo sucedió con las otras migraciones de refugiados políticos.

Todavía existen opiniones contrarias, retrógradas, acerca de los refugiados que llegaron a nuestro país. Se dice que sólo vinieron a aprovechar de su situación y se apoderaron de plazas donde su aportación fue nula. O que dejaron de lado la militancia política y se dedicaron a engordar cuentas bancarias que no pudieron realizar en su país de origen. A lo mejor, como en todas las situaciones existenciales, eso fue cierto. Pero lo definitivo es que las aportaciones de los refugiados políticos fueron mayores que lo que pudieron aprovecharse de un sistema que los apoyó.

Yo me quedo con esas aportaciones y no con los rumores. Prefiero saber de españoles, chilenos, argentinos, uruguayos, guatemaltecos, cubanos, etcétera, etcétera, que han dado mucho más a este país desde sus trincheras y han asumido su rol dentro de nuestra sociedad. Sin embargo, eso no impide recordar. Como lo dije al principio, si la historia se olvida, se cometen las mismas tonterías.

El recorrido onírico de Yann Tiersen

El recorrido onírico de Yann Tiersen

El músico francés, creador del universo sonoro de Amélie, se presentó por primera vez en nuestro país en el marco del XXIII Festival de México en el Centro Histórico

Por: Silvia Márquez / Ciudad de México

Al centro del escenario la luz mortencina se posó sobre un hombre que, de rodillas, inició un diálogo sonoro con un par de pianos de juguete. El público expectante comenzó a entrelazar las notas y las palabras con el universo creativo del músico en escena.

Los espectadores del Teatro de la Ciudad de México dejaron escapar un suspiro retenido cuando Yann Tiersen tocó las primeras notas de "Le valse d’Amélie" para, segundos después, dar paso a la sorpresa cuando la música de la cinta de Jean-Pierre Jeunet comenzó a tomar vida propia mostrándose delirante y completamente oscura.

El músico bretón, que saltó a la fama mundial por sus composiciones de bandas sonoras como la de "Amélie" y "Adiós a Lenin", se reinventó sobre el escenario mexicano y su filosofía "una canción, una vez que ya está grabada en disco, deja de existir para mí. La única forma de revivir una canción es redescubrirla en el escenario" fue la causante del asombro de los asistentes.

El viernes y sábado pasados, Yann Tiersen dejó por un momento el piano y la orquesta para dar paso a la guitarra eléctrica, el violín, el acordeón y el piano de juguete. Acompañado de Marc Sens en la guitarra, Stéphane Bouvier en el bajo, el baterista Ludovic Morillon y Christine Ott en las ondas Martenot, Tiersen mantuvo por más de hora y media una tensa calma en el ambiente, que de repente se sobresaltaba por los aplausos del público al reconocer entre improvisación e improvisación las tonadas clásicas de Yann.

La Francia urbana se convirtió en una referencia imprescindible del espectáculo que tuvo un repertorio compuesto por "La terrase", "La rade", "Ma France à moi", "Les bras de mer" y "Sur le fil", entre otras.

Al final el acordeón y el violín salieron del estuche y deleitaron al público, quien no dejaba de gritar "¡Amélie!", ante lo que el francés sólo respondió "lo tomaré en cuenta", antes de cerrar su participación en el XXIII Festival del Centro Histórico.

Yann Tiersen se presentará hoy en el Teatro de la Ciudad en Zacatecas, para seguir su recorrido por América Latina en Brasil, Argentina, Uruguay y Chile antes de regresar a Europa.

The Tiger Lillies por primera vez en México

The Tiger Lillies por primera vez en México

El trío llegó desde el Reino Unido para ofrecer su cabaret brechtiano punk y afilar con humor negro el gusto del público

Por: Blanca Ocampo / Ciudad de México

Una pregunta se repetía de boca en boca en la calle de Donceles: ¿te sobra un boleto? Mientras un grupo de comunicadores no se cansaba de hacer escuchar argumentos con tal de entrar al Teatro de la Ciudad, lugar idóneo para recibir por vez primera en nuestro país a The Tiger Lillies, un original trío venido desde el Reino Unido para participar en el Festival de México en el Centro Histórico, el cual concluyó el pasado sábado un interesante programa de actividades.

Irreverente, oscura, macabra, irónica, ácida, dulce, alegre, enorme, creativa, original, excéntrica, blasfema, loca, fantástica, poética, mágica, lúgubre, amorosa, lúdica, suprarrealista, gótica, contemporánea son algunos de los adjetivos con que se ha calificado la propuesta musical de The Tiger Lillies en gran número de ciudades del mundo.

Propuesta que han ubicado como "cabaret brechtiano punk" y que sin lugar a dudas se ganó el reconocimiento del público mexicano que busca escuchar buena música y encuentra gusto en el humor negro tramado con inteligente perspicacia.

Enfundados en trajes que evocan la época victoriana, Martin Jacques, Adrian Scout y Adrian Huge salieron al escenario para llenarlo todo con su música y teatralidad, para contar historias que refieren la crudeza de la existencia, para evidenciar lo absurdo y lo patético de la gran comedia que es la vida.

El repertorio interpretado por casi dos horas con un intermedio fue suficiente para dar cuenta del talento de este trío conformado a finales de 1989 en Londres, por iniciativa de Martin Jacques, quien vistió de blanco su rostro para resaltar el dramatismo con que canta -de por sí ya marcado gracias al tono vocal que lo caracteriza y que podría ubicarse entre el falsete y el crastrato no sin un toque punketero- y llevar así la batuta con los dedos corriendo sobre blancos y negros, lo mismo del piano que del acordeón.

Al lado de este genio, el talento y ángel de los Adrian: Scout en el serrucho y bajo doble, a veces con el rostro de la muerte, otras con cuernos en rojo encendido, pero siempre con una interpretación impecable, y Huge en las percusiones, unas percusiones extrañamente pequeñas con las que puede hacer lo que su voluntad le dicte, incluso tirarlas en un inevitable arrebato de inspiración extrema, mientras el público aplaude y ríe.

Juntos logran conjugar sonidos que remiten al jazz, al blues, a la música de circo y a las canciones gitanas para iluminar el estruendo de un mundo por debajo y retratar lo más miserable de la Inglaterra contemporánea, donde Martin adquirió una gran experiencia en sus años de formación y aún mucho tiempo después.

Con más de dieciocho discos grabados, dos libros publicados, un dvd y cientos de presentaciones en las que a veces conjuga las posibilidades del teatro, The Tiger Lillies llegó por fin a México para incrementar sus filas de adeptos, entre quienes se encuentran nombres como Matt Groening, creador de la serie de televisión "Los Simpson"; Terry Gillian, director de cine y ex comediante del grupo satírico británico Monty Pitón o Edward Gorey, escritor e ilustrador, padre del gótico contemporáneo, quien antes de morir pidió a The Tiger Lillies la musicalización de su obra inédita que logró ser concretada con la colaboración del Kronos Quartet.