Más de 300 años de tortura llegan a Bellas Artes
Ochenta y cinco instrumentos de humillación pública, tortura y ejecución son los encargados de llevar al visitante por un viaje de injusticia y crueldad
Por: Silvia Márquez / Toluca
Foto: Iván Carmona
Como lo había anunciado IMPULSO en ediciones anteriores, ayer se inauguró la exposición "Instrumentos de tortura y pena capital" en el Museo de Bellas Artes de esta ciudad.
Con la presencia del representante legal en México del Museo de la Toscana, Arturo Alanís y autoridades del Instituto Mexiquense de Cultura (IMC), inició el recorrido por uno de los temas más escabrosos y apasionantes de la historia de la humanidad.
A lo largo de las salas y pasillos del ex – Convento Carmelita, ochenta y cinco instrumentos de humillación pública, tortura y ejecución, son los encargados de llevar al visitante por un viaje que retrocede más de trescientos años en el tiempo y deja escuchar el grito congelado de la injusticia humana.
La gestión para traer la muestra perteneciente al Museo de la Toscana a Toluca duró más de tres años y ahora estará resguardada en este museo por casi cuatro meses, en los que, de lunes a domingo de 10:00 a 18:00 horas, estará abierta para los interesados.
Llamada de atención
Minutos antes de la inauguración, el vestíbulo del Museo de Bellas Artes contaba más visitantes que de costumbre. Los asistentes iban desde especialistas en el tema, hasta estudiantes que se ‘volaron’ las clases.
Justamente a un grupo de estudiantes se les impidió la entrada al museo por "no contar con una invitación impresa" y aún cuando ellos argumentaban que la habían recibido vía correo electrónico, una mujer, que se identificó como la secretaria del museo encargada de enviar las invitaciones, les prohibió entrar, justificando que la inauguración era solamente "para autoridades y prensa" y que para el "público general" sería hasta después de las 14:00 horas con boleto pagado en mano.
IMPULSO cuestionó al respecto al director del recinto, Leonel Sánchez Maldonado, quien dijo que probablemente "se habían confundido", porque la entrada durante la inauguración fue gratuita y "estuvo abierta a todo el público".
Es una verdadera lástima que personas sin el poder para impedir la entrada a recintos culturales estén encargadas de recibir a los invitados y que por ser los anfitriones se sientan con el poder para rechazar visitantes.
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raquel -