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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Incesto y poesía cobran vida sobre escena

Incesto y poesía cobran vida sobre escena

El espejo de mi corazón

 

 

, de Michelle Rogel, culminó sus presentaciones en Toluca como parte de la beca del FOCAEM

Por: Silvia Márquez / Toluca

Teatro minimalista en escena, con un texto cargado de significados. El trabajo simbólico puesto en marcha al desencadenar los mecanismos de las representaciones teatrales toma forma bajo las luces. Cuando todo se apaga y el sonido comienza a inundar el escenario, el espectáculo comienza.

No se sabe la trama. Nadie mencionó siquiera el nombre de la puesta en escena. La música empieza y sólo la luz de una vela oscila entre las manos de una mujer quien, como santa apagada, murmura una condena para luego dar paso a los gritos que parece predestinan el sentido de una historia envuelta en sombras.

Luego: luz. La promesa de una juventud a punto de explotar se corta de repente por un hilo tortuoso marcado con el incesto. Un hijo y la sentencia de vestir y actuar como una mujer de velos negros. La muerte que ronda las cunas, las cocinas y los jardines de un hogar imaginario, arranca de la familia la vergüenza y de la joven los sueños de una tierna infancia.

El ejercicio dramático El espejo de mi corazón, de Michelle Rogel, no se complica en tiempos. Menos de una hora basta para intentar explicar una compleja realidad que hoy nos parece lejana y que desemboca en una leyenda popular de Coatepec Harinas, misma que sirvió como punto de partida de la idea original.

La mujer transgresora en medio de una familia, formada también por mujeres, que castiga y merece ser castigada. El resto se va formando de palabras prestadas de la pluma de Sor Juana Inés de la Cruz y Federico García Lorca, lo que desemboca en una vorágine de sentimientos reprimidos que sólo pueden terminar sepultados con flores, cantos y lágrimas que se secan a la luz de las velas.

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