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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Si la poesía no sirve a los hombres... ¡que quemen todos los poemas!

Si la poesía no sirve a los hombres... ¡que quemen todos los poemas!

El escritor Luis Antonio García reconstruyó sus motivaciones, influencias e historias de vida en el ciclo Los deseos

Silvia Márquez / Toluca

Dentro del ciclo "Los deseos", que se lleva a cabo los miércoles en el Museo José María Velasco, se presentó al escritor Luis Antonio García, quien en una charla vivencial reconstruyó sus motivaciones, influencias e historias de vida que lo llevan a ser un poeta sencillo que no pretende más que llegar a la gente con composiciones que hablen de la cotidianeidad.

"Esta noche tenemos en el escenario a Luis Antonio García Reyes, uno de los poetas más reconocidos y queridos en el ámbito artístico de Toluca (...). El poeta es profesor y de ello vive, antropólogo lingüista, co-fundador de la Unión de escritores mexiquenses y uno de los representantes de la poesía estatal. Sabemos, al leer su poesía, que es el poeta de lo sencillo, de lo cercano. El tono que yo percibo al leerlo es el de Josué Mirlo, poeta de las cosas simples pero internamente poderosas. Es el poeta del tiempo, de la voz, de la gente, del pueblo y la libertad" comenzó Blanca Aurora Mondragón, moderadora de la conversación.

Al abrir las respuestas, Luis Antonio García desplegó ante los asistentes la recreación de la vida que llevó en el campo, su llegada a la ciudad, intereses por la enseñanza y primeros acercamientos con la poesía, que no concibe sino como la manera de expresar su mundo interior. "Después de escribir como un viejo de sesenta años, empecé a hablar de las cosas inmediatas, más sencillas (...). Cuando la gente inicia existe la misma constante, quisiera comerse el mar en un solo buche, pero después regresa a lo simple".

El andar por la vida lo lleva a definirse "como una especie de caracol. He dejado una baba tan tenue que ni yo sé por dónde he caminado".

La combinación de la educación como profesión y la poesía llega por casualidad, pero después se convertiría en una decisión personal. La admiración por los profesores que tuvo en la enseñanza básica marcaron su vida, no sólo en la elección de dedicarse a la docencia, sino en el acercamiento con la poesía. Y es en ese acercamiento que gracias a un profesor de la secundaria, tuvo el primer contacto con el poeta que después sería su amigo y guía: Josué Mirlo.

El momento más emotivo de la plática fue cuando el poeta tomó uno de sus poemas y comenzó a leerlo, explicando que se trataba de la manera que había encontrado de hacer ver a las personas cercanas que lo estaban lastimando, y es así como la voz entrecortada por algunas lágrimas, puedo finalizar la lectura del poema "Bugambilia de fundación".

Después de esa intervención la pregunta ¿vale la pena la poesía? se hizo presente y García pudo responderla con una simple sentencia: "si la poesía no le sirve a los hombres, ¡que quemen todos los poemas!".

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