LA CIMA
DEL EXISTENCIALISMO A LA CURA
Bernardino Rubio
Los verdaderos artistas son aquellos que crean algo único e irrepetible, los que forjan leyendas y mitos alrededor de ellos y de su obra.
El existencialismo como movimiento filosófico que resalta el papel crucial de la existencia, la libertad y la elección individual por encima de cualquier tipo de restricción social, tiene su énfasis en las consecuencias y en los conflictos de elección que conllevan la decisión libre de las personas. Músicos, escritores y pintores gozan de gran influencia de este estilo de vida, en donde sus obras siguen las bases del movimiento existencialista en donde la verdad y la estética buscada debe ser real solo para quienes la crean, es decir que las obras y el arte deben de ser complacientes únicamente para el ojo del creador, olvidándose del gusto, moda y critica externa. El artista ha de elegir el camino propio sin la ayuda de modelos universales ni objetivos, se encuentra en oposición a la idea tradicional de que la elección individual implica un juicio objetivo sobre la sociedad, la moda y los contextos locales; los existencialistas han afirmado que no se puede encontrar ninguna base objetiva y racional para defender las decisiones individuales y las creaciones artísticas.
El punto de vista subjetivo es el eje rector del arte y de la forma de vida del existencialista. Pocos artistas de esta corriente literaria llevan a su vida y en sus obras los principios del movimiento, y resulta aun más extraño encontrar músicos que logren plasmar en sus creaciones su ideología y estilo de vida existencial. Al final de la década de los setenta apareció en la escena musical inglesa The Cure, un grupo que ejercía estos valores al declarar: "nuestra música debe ser amada por nosotros y desconocida y odiada por muchos", esta aseveración inmediatamente los catalogo como egocéntricos jóvenes británicos con apenas un estilo musical incipiente que no generarían millones de ventas en el mercado de las disqueras, lo cual no creó ni la más mínima reacción en su líder y vocalista Roberth Smith, que a partir de esos momentos se consolidaría como una las influencias artistas y musicales más importantes en la naciente escena oscura de los ochenta.
The Cure a lo largo de sus más de 25 años de existencia ha hecho con su música lo que le place, sobre todo gracias al carácter volátil de su líder, que así como empezó a crear letras y música claramente existencialistas, pasa al dark, al pop, al rock, al gótico y al alternativo sin ninguna complicación, declarando que hace lo que le gusta y que no entrega explicaciones a nadie de sus actos y creaciones. Roberth Smith en su propuesta oscura tiene voz delicada que dramatiza, mediante tonos y gestos, la oscuridad existencial en la que se encuentra, en donde interpreta su propia realidad y la plasma en piezas musicales únicas y atemporales, con sonidos minimalistas que van desde líricas desgarradoras hasta una confesión de amor poética.
Por igual pasa al más ligero pop, creando un nuevo género musical, convirtiéndose así en influencia necesaria para entender la evolución de la música en las últimas dos décadas, gracias a su creación del Dark Pop. Lo que afirma el vocalista de La Cura, es que "experimenta" con nuevos sonidos, que pueden ir de lo carnavalesco al ritmo caribeño y hasta la aparición de mariachis, pero lo que en verdad expresa con sus cambios de humor musícales, es que hace lo que quiere y solo él es capaz de admirar la belleza artística de sus obras o tal vez también lo logren un pequeño grupo se seguidores que ha forjado a su imagen a lo largo de veintisiete discos.
La comercialización y la difusión masiva han estado al margen del personaje que se inició como admirador del movimiento existencialista y que después plasmo de manera magistral con su grupo The Cure su vida llena de elecciones y experiencias subjetivas y libres de cualquier manipulación. Roberth ha sabido mezclar la literatura y la música con piezas ligeras de colores opacos libres de convenciones de las industrias del rock.
Los conflictos internos de la banda, la renuente actitud solista de Roberth y sus ensayos musícales lo confirman como un antagonista del mercado prefabricado de la música, haciéndolo un sujeto libre e individual en un mundo regido por la moda y los productos musicales.
El entremezclar dos vertientes hace de La Cura el creador de un híbrido que resalta el sentido y mensaje de sus creaciones, lo cual les asegura una profundidad artística y los hace leyenda en el firmamento no siempre destacado del rock.
0 comentarios