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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Las amenazas contra la libertad de creación no son políticas ni ideológicas, son económicas: Rascón Banda

Las amenazas contra la libertad de creación no son políticas ni ideológicas, son económicas: Rascón Banda Primera de dos partes

Blanca Ocampo / Toluca


El viernes pasado, Víctor Hugo Rascón Banda ofreció una charla en el auditorio del museo de arte moderno en el Centro Cultural Mexiquense. La mayoría de los asistentes fueron trabajadores del Instituto Mexiquense de Cultura (IMC), aunque también asistió alguno que otro creador.

Rascón Banda, actual presidente de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) y autor de más de 50 obras teatrales, conversó sobre literatura, cultura y sociedad.

Para comenzar expresó que los escritores de un país tienen derecho a expresar sus ideas: “El escritor tienen que ser una voz moral, no sólo tener con su oficio un compromiso, sino también con la sociedad para poder señalar lo justo, lo injusto, lo que no está bien”.

Para ello, explicó, debe tener como principio rector de su vida a la libertad de creación y no someterla a las leyes de las mercancías, pues de acuerdo a su análisis: “En este siglo, las amenazas contra la libertad de creación no son políticas ni ideológicas como lo fueron en las dictaduras del siglo pasado, ahora las amenazas a la creación son económicas”, y de esta situación culpo a los estados de cada nación, pero también a la sociedad por permitirlo.

“Cultura, democracia, soberanía, educación están vinculadas de manera indisoluble”, declaró el dramaturgo originario de Chihuahua; para luego explicar que la democracia no es sólo una forma de gobierno, sino un sistema de vida que contribuye al mejoramiento económico, social y cultural de la población: “Es la base de la equidad social, pero también la base de la libertad de expresión y de la pluralidad cultural-ideológica”.

De ahí que perciba un error cuando el sentido de la democracia se reduce a procesos electorales o la transición pacífica de un partido a otro en Los Pinos: “Los procesos electorales libres son parte de la democracia, pero de ninguna manera lo son todo. La verdadera democracia es la que una vida justa a todos los habitantes de una nación y esa vida justa es empleo, es educación, es salud que no hemos tenido en México por muchos años”.

Por lo que afirmó que no vivimos una verdadera democracia en nuestro país, a pesar de ejercer el voto, ante la inexistencia de justicia social.

Respecto a la soberanía, Rascón Banda remarcó que ésta y la cultura se condicionan recíprocamente: “Una de las expresiones de la soberanía de un pueblo consiste en la libertad de fortalecer su identidad y cultura”. A propósito de lo cual, hizo alusión a la firma del tratado de libre comercio entre México, Canadá y Estados Unidos: mientras Canadá dejo fuera del tratado cualquier aspecto relacionado con su cultura, para México ésta no representó un tema trascendental; a pesar de que, como el mismo ministro canadiense lo comentara, México tiene 3 milenios de esplendor y patrimonio, mientras que Canadá y Estados Unidos apenas existen desde el siglo XIX.

Razón por la cual, de acuerdo a Rascón Banda, las legislaciones del cine, del libro, de cualquier área relacionada con la cultura han tenido que ser adaptadas al régimen norteamericano, convirtiendo a la cultura en una mercancía sujeta a la ley de la oferta y la demanda.

Así, como sucede en los países neoliberales, los artistas vuelven esclava del mercado a la creación y producen sólo para vender: “El mercado condiciona qué se va a pintar, qué se va a vender; los pintores pintan para vender y no para expresar sus sentimientos; los escritores escriben teatro en esos países para el consumo inmediato, para lo que quieren los espectadores, no para lo que el creador quiere expresar; los poetas, para vender sus best seller, hacen concesiones en su arte creativo, y lo mismo con la televisión, con el cine”, y puso como ejemplo las producciones venidas de Hollywood.

Al respecto, alarmó sobre las cifras que revelan que Estados Unidos tiene el 90% de las pantallas cinematográficas en el mundo, incluso en países como Inglaterra, Japón o los que conformaban la Unión Soviética: “En México, el 90% de las pantallas exhibe el cine norteamericano (…) Esto habla de una penetración no sólo económica, sino ideológica, y no se diga de los contenidos de la televisión que llegan por cable, no se diga de su música o de su literatura”.

Y es que ahora, explicó, debido a que la literatura está sujeta al consumo, las estanterías de nuestro país se encuentran invadidas de mala literatura, literatura-mercancía o de consumo mayormente importada de Estados Unidos; al contrario de lo que sucedía en años anteriores a la imposición del neoliberalismo económico, cuando eran más accesibles las obras de autores latinoamericanos y franceses.

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