Hasta septiembre permanecerá Primer plano en Zinacantepec
Falta respeto por la obra plástica y por quienes la hacemos: Liudmila Rosales
Blanca Ocampo
Segunda y última parte
A propósito de la exposición titulada ‘Primer plano’, IMPULSO platicó con Liudmila Rosales, una de las dos autoras, junto a Cricel Gutiérrez, de esta muestra que puede admirarse en el Museo Virreinal de Zinacantepec.
¿Los foros son suficientes para los artistas plásticos en esta zona del valle de Toluca o qué crees que hace falta?
“Hace falta todo lo concerniente a la difusión. El mismo trabajo que se realiza en los museos tiene que ser más comprometido y profesional. Vemos, por ejemplo, que hay personas que no tienen la formación y que están en direcciones o en puestos clave, y muchas veces no comprenden el trabajo plástico; desde la curaduría y toda lo que tiene que ver con la museografía, adolecen por falta de conocimientos y no hay un compromiso como debería ser. Sí hace falta que se le dé el respeto debido tanto a la obra plástica como a quienes la hacemos”.
¿Has participado en concursos?
“Sí, ese es otro de los grandes problemas. Me he dado cuenta de situaciones anómalas, donde el hijo de… o el sobrino de… gana y no tienen realmente un trabajo con trayectoria o constante. Entonces te das cuenta de que el mundo a veces es de relaciones. Y sí, es necesario relacionarte, pero el trabajo plástico implica también que te encierres en el taller y que trabajes, y a veces no puedes ir a hacer mucho trabajo social o mucho contacto con la gente, y eso mengua de alguna manera tu presencia en los concursos”.
La mayoría de las veces el autor difícilmente vive de su obra, ¿cómo equilibras la parte económica y la creativa?
“Para dedicarte al trabajo plástico sí necesitas mucho material y tiempo, entonces o trabajas y sobrevives o haces trabajo plástico. Para los que determinamos vivir de esto es un poco difícil en el sentido de que tienes que ahorrar en determinado momento y luego trabajar y así llevártela. En mí caso, durante el tiempo que tengo dinero compro material y trabajo, pero así resulta que tienes doble preocupación. Regularmente no vives de tu obra porque lo que a veces les gusta a los compradores es algo muy llamativo o algo que les impresione demasiado; entonces tú tienes que hacerte la pregunta: ¿qué quieres hacer?, ¿quieres vender o realizar un trabajo profundamente tuyo?”
¿Cómo se origina este trabajo conjunto con Cricel?
“Cricel y yo nos conectamos en una temática aproximadamente hace 3 meses. Son imágenes, sobre todo expresionistas, y decidimos hacerlo juntas. Nos gustó trabajar así en cuestión de carácter y parece que hubo una conexión incluso para dialogar en torno al trabajo plástico y percepciones tanto sociales como académicas y artísticas; es así como hemos trabajado ya 5 exposiciones juntas”.
¿Cuál es la diferencia que percibes entre la oferta académica de la Escuela de Artes Plásticas de la UAEM y la de Bellas Artes?
“Hay una diferencia muy visible: en Artes Plásticas de la UAEM trabajan teóricamente de una manera más comprometida y los maestros tienen mucho interés en que los alumnos tengan una formación humanista y artística a la vez. En Bellas Artes es un trabajo casi de taller y la cuestión discursiva está muy endeble, aunque son los mismos maestros. Al parecer, tanto los programas de Bellas Artes como la plantilla de coordinadores no permiten que haya esa apertura y ese deseo de un cambio más fluido, más visible en torno a toda esta cuestión discursiva del arte”.
Blanca Ocampo
Segunda y última parte
A propósito de la exposición titulada ‘Primer plano’, IMPULSO platicó con Liudmila Rosales, una de las dos autoras, junto a Cricel Gutiérrez, de esta muestra que puede admirarse en el Museo Virreinal de Zinacantepec.
¿Los foros son suficientes para los artistas plásticos en esta zona del valle de Toluca o qué crees que hace falta?
“Hace falta todo lo concerniente a la difusión. El mismo trabajo que se realiza en los museos tiene que ser más comprometido y profesional. Vemos, por ejemplo, que hay personas que no tienen la formación y que están en direcciones o en puestos clave, y muchas veces no comprenden el trabajo plástico; desde la curaduría y toda lo que tiene que ver con la museografía, adolecen por falta de conocimientos y no hay un compromiso como debería ser. Sí hace falta que se le dé el respeto debido tanto a la obra plástica como a quienes la hacemos”.
¿Has participado en concursos?
“Sí, ese es otro de los grandes problemas. Me he dado cuenta de situaciones anómalas, donde el hijo de… o el sobrino de… gana y no tienen realmente un trabajo con trayectoria o constante. Entonces te das cuenta de que el mundo a veces es de relaciones. Y sí, es necesario relacionarte, pero el trabajo plástico implica también que te encierres en el taller y que trabajes, y a veces no puedes ir a hacer mucho trabajo social o mucho contacto con la gente, y eso mengua de alguna manera tu presencia en los concursos”.
La mayoría de las veces el autor difícilmente vive de su obra, ¿cómo equilibras la parte económica y la creativa?
“Para dedicarte al trabajo plástico sí necesitas mucho material y tiempo, entonces o trabajas y sobrevives o haces trabajo plástico. Para los que determinamos vivir de esto es un poco difícil en el sentido de que tienes que ahorrar en determinado momento y luego trabajar y así llevártela. En mí caso, durante el tiempo que tengo dinero compro material y trabajo, pero así resulta que tienes doble preocupación. Regularmente no vives de tu obra porque lo que a veces les gusta a los compradores es algo muy llamativo o algo que les impresione demasiado; entonces tú tienes que hacerte la pregunta: ¿qué quieres hacer?, ¿quieres vender o realizar un trabajo profundamente tuyo?”
¿Cómo se origina este trabajo conjunto con Cricel?
“Cricel y yo nos conectamos en una temática aproximadamente hace 3 meses. Son imágenes, sobre todo expresionistas, y decidimos hacerlo juntas. Nos gustó trabajar así en cuestión de carácter y parece que hubo una conexión incluso para dialogar en torno al trabajo plástico y percepciones tanto sociales como académicas y artísticas; es así como hemos trabajado ya 5 exposiciones juntas”.
¿Cuál es la diferencia que percibes entre la oferta académica de la Escuela de Artes Plásticas de la UAEM y la de Bellas Artes?
“Hay una diferencia muy visible: en Artes Plásticas de la UAEM trabajan teóricamente de una manera más comprometida y los maestros tienen mucho interés en que los alumnos tengan una formación humanista y artística a la vez. En Bellas Artes es un trabajo casi de taller y la cuestión discursiva está muy endeble, aunque son los mismos maestros. Al parecer, tanto los programas de Bellas Artes como la plantilla de coordinadores no permiten que haya esa apertura y ese deseo de un cambio más fluido, más visible en torno a toda esta cuestión discursiva del arte”.
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