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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Hipocresía y deshonestidad en el teatro de Los Jaguares

Hipocresía y deshonestidad en el teatro de Los Jaguares

La puesta en escena "Los señores Buenrostro" escarba en los sentimientos más bajos provocados por el dinero y la lucha de clases en medio de una farsa cómica

 

Por: Silvia Márquez / Toluca

 

Al entrar a una oficina, al llegar a una nueva casa, al conocer a una persona, en las conversaciones diarias y las interacciones sociales de todos los días. La sociedad se convierte en una gran mascarada que está bien sujeta a cada uno de los individuos que la componen. La lucha diaria, la eterna búsqueda por sobrevivir y la capacidad inherente a la especie humana de adaptarse a casi todas las situaciones, llevan las acciones de cada persona más allá de su propia dignidad.

Esas experiencias extremas son reconstruidas en la puesta en escena "Los señores Buenrostro" bajo la dirección de José Cotero. La obsesión de una mujer (Milagros Rodríguez Carpio) por escalar a un status socioeconómico de la "alta sociedad", la llevará a enfrentarse con las diversas personalidades de la sirvienta Felicitas (Erick González) de unos, no menos multifacéticos, señores Buenrostro (Susana Lage y José Cotero).

El texto de Georges Courteline toma vida entre las paredes del Teatro Universitario de Los Jaguares que, a pesar de sus precarias condiciones, busca no quedar fuera de las prioridades de las autoridades universitarias.

"Los señores Buenrostro" está montada a manera de farsa cómica y gracias al manejo escénico de cada uno de los actores, la obra sostiene un buen ritmo y desarrollo temático. Tal vez los momentos en los que se rompe el trabajo del actor y regresan al espectador a la realidad de un teatro bajo en presupuesto, es en los números musicales, en donde se pediría a los actores esforzarse por el canto en lugar de recurrir al degradante "playback".

Al final de una de las presentaciones, IMPULSO platicó con José Cotero, actor y director de esta obra. Para Cotero, aunque sólo son cuatro los personajes que se manejan en la obra, éstos "significan demasiado en nuestro contexto" por lo que "traté de darle una lectura que nos identificara, que nos mordiera de forma risible".

Debido a que el tema presenta a "la gente en la que se concentra la riqueza económica (…) yo quise hablar que ellos tengan dinero no quiere decir que sean felices. Todos los personajes son infelices, precisamente porque creen que con el dinero tienen su vida resuelta (…), ahí nos damos cuenta de que las consecuencias son fatales".

En este sentido, los personajes representan las diferentes aristas de un mismo problema: el manejo económico de la sociedad, o en otras palabras "cuánto tienes, cuánto vales". Para el director, los señores Buenrostro "engloban la parte económica fuerte del país, además representan una realidad dolorosa de muchísimas parejas que todo el tiempo están peleando pero que por su dependencia mutua jamás se van a separar, por eso terminan en el éxtasis. La señora Cerdilla de la Colina está representando a la clase media que se tiene que disfrazar todos los días para poder encajar en la sociedad, (…) seres que tienen que llegar a lamer zapatos. Nosotros le estamos dando un significado muy fuerte en la obra porque la señora Cerdilla de la Colina empieza como una persona de alto status social y termina siendo una criada. La clase media tendría mucho de eso, somos una clase que deambula entre una y otra, no queremos reflejarnos en la de abajo, queremos aparentar ser la de arriba. Felicitas funciona en la sociedad como criada pero eso lo asume con dolor, en su intimidad ella quiere ser otra cosa, tiene un guardarropa espectacular de todo lo que les quita a todas las personas que entran a esa casa. Ella se viaja con sus joyas, con sus vestidos, pero sigue siendo criada y eso le duele, por eso se empata con Cerdilla".

En cuanto a los retos actorales, esta puesta significó reinventarse, o en palabras de José Cotero, "no construir algo que ya habíamos hecho antes, teníamos que partir de cero para poder hacer estos personajes y que no se parecieran a ninguna otra construcción de otras obras. Es un proceso que vamos llevando cada función y aunque se acabe la temporada, el proceso nunca se va a terminar".

 

EL TEMA ETERNO: ¿QUÉ LE PASA AL TEATRO UNIVERSITARIO?

Uno de los puntos de la entrevista fue el que día con día se maneja en los entretelones del Teatro Universitario: ¿qué pasa con el teatro en Toluca?

Para José Cotero, una de las caras del problema es el público que "se sigue resistiendo a ver este tipo de espectáculos. Nosotros tratamos de hacer la mayor propaganda posible y aún así el público parece que no le llega que hay varias puestas en escena aquí en Toluca (…) Es algo que nos atañe como creadores, cultivar esta asistencia, pero también yo le pediría al público que no se resista tanto, que se dé la oportunidad de ver teatro".

Por otro lado, es bien sabido que los espacios para hacer teatro se encuentran en muy malas condiciones. Y aunque los grupos "resuelven lo inmediato" como "venir y hacer la limpieza nosotros mismos; venimos a lavar baños, a escombrar camerinos, trapear el escenario, limpiar las sillas", Cotero reconoce que "es una realidad que todos conocemos, pero que ninguno hemos tomado cartas en el asunto. Todo mundo dice que el teatro de Toluca no funciona por esa separación de grupos, porque cada grupo de teatro lucha por su propio espectáculo y no apoyamos al espectáculo del lado. El público como tampoco ve esa relación entre teatreros, ni un grupo unido, nos sienten débiles y así de débiles nos ve también la Universidad. Que se haya hecho el nombramiento del teatro Esvón Gamaliel nos da fuerza, pero el maestro Esvón ya hizo lo que tenía que hacer y ahora queda el presente, nos toca a nosotros".

A pesar de que se reconoció el problema, al momento de actuar, no sólo en el escenario, sino frente a las autoridades culturales, los teatreros "se echan la bolita", sin asumir una responsabilidad real, a lo que José Cotero dijo que "la responsabilidad es asumida, pero de manera individual".

Por lo pronto "Los señores Buenrostro" sigue en temporada, misma que termina el próximo 18 de julio. Las funciones son los domingos a las 18:00 horas, lunes y miércoles a las 19:00 horas en el Teatro Universitario de Los Jaguares ubicado en Gómez Farías esquina Pedro Ascencio, de Toluca.

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