Músicos de exportación
Para Jesús García, pianista titular de la OSJEM, un músico debe buscar la internacionalización. Él emprenderá nuevos retos en Estados Unidos
Por: Silvia Márquez / Toluca
El sueño de la música es experimentado por muchos, aunque son pocos los que llegan a desarrollarse profesionalmente. Las razones son muchas, empezando por las económicas, por la falta de posicionamiento de la carrera musical en el imaginario colectivo, o simplemente por la desmotivación educativa en nuestro país hacia las artes.
A pesar de todos los contras, hay quienes buscan mantenerse vigentes en el panorama musical, no sólo de México, sino en el plano internacional. Para ello, es necesario mantener un buen nivel de formación y las posibilidades de postgrados son sólo una parte de la formación integral de los músicos en general.
Los sueños comienzan a tomar forma para un integrante del gremio musical en esta ciudad, pues la realidad de una maestría en el extranjero está a la vuelta de la esquina para Jesús García, pianista morelense, pero con formación al 100% en Toluca.
En entrevista con IMPULSO, Jesús explicó que la inquietud musical posiblemente estaba implícita desde su nacimiento, pero aún así, fue hasta los 14 años cuando la formación musical en una clase de secundaria le hizo decidir que sería pianista.
"Dos años después de que había empezado con la música, nos cambiamos a Coatepec Harinas por el trabajo mi papá, pero mi hermano y yo queríamos seguir con la música. Mi hermano se dedicó a la flauta y ha desarrollado también un nivel de concertista. Nos dimos cuenta de que aquí en Toluca existía este conservatorio, que estaba recién inaugurado, y sin pensarlo dos veces nos venimos a vivir aquí".
El primer contacto de una formación instrumental en el Conservatorio de Música del Estado de México (COMEM) fue con el maestro Pablo Mazariegos y posteriormente con Manuel Delaflor, quien sería el cómplice del final de la carrera de Jesús García en el 2003.
"Cuando sales del Conservatorio pasa que no sabes qué hacer, como en cualquier otra profesión, no por el hecho de haber cursado cuatro años de licenciatura ya estás preparado para un nivel profesional y claro que en la música está muy lejos que después de cuatro años estés listo. Yo estuve en el Conservatorio siete años, tres de técnico y cuatro de licenciatura, pero aún así no me sentía listo para tener una carrera concertística" dijo Jesús.
Al pasar ese periodo de inseguridad, el joven pianista comenzó a conseguir conciertos, contactar orquestas y foros a nivel nacional en festivales. Desde entonces "me he estado abriendo paso poco a poco, pero sí se siente que ya estás solo en el mundo. Hay una preparación en el trabajo de las obras, de la interpretación y la técnica, pero es muy diferente hacerle frente al mundo a un nivel concertístico internacional, en el cual salimos muy poco preparados del conservatorio".
Ante los retos que implica el desarrollo musical, García opinó que para hacer frente "se necesita tener un nivel de ejecución muy alto, muy expresivo y muy virtuoso, pero más que nada expresivo, porque hay muchos pianistas virtuosos, que tocan cualquier cosa y a cualquier velocidad, pero para sobresalir se necesita ser muy expresivo".
Asimismo, para ser un buen concertista se requiere de "un dominio técnico de las obras, el haberlas trabajado y saberlas de memoria, porque de esa manera ya no te preocupas de qué notas son las que siguen; otro elemento es sentirse identificado con la obra que estás tocando, que cada vez que la escuches profundice en tus pensamientos y sentimientos; y un tercero es estar en un estado sentimental idóneo en ese momento, por eso es que pocas veces se alcanza la excelencia".
Esa sensibilidad es la que "nos impide ser como una máquina de tocar el piano. Hay muchos pianistas en el mundo que tocan todo lo que les pongas enfrente, pero si no hay sensibilidad es como si el público fuera a ver cómo alguien resuelve una ecuación matemática totalmente compleja, lo admiras pero hasta ahí llega, no te cambia el estado de ánimo y te hace vivir un momento placentero diferente a lo cotidiano".
PROYECTOS
Jesús García reconoce que "en Toluca es difícil vivir como pianista", hecho que no ha impedido que grabara dos discos, con recursos propios. El primero de ellos es con la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de México (OSJEM), de donde es pianista titular y se trata de un concierto para piano de Aram Khachaturian. "Ese concierto lo interpreté el 30 de mayo del año pasado (...) en ese mismo disco añadí cuatro obras de Manuel M. Ponce que también grabé en vivo el 5 de noviembre de 2003". El segundo disco fue grabado en un estudio de Chicago el 28 de febrero de este año; esa producción contiene la Fuga No. 2 en Do menor de Bach, la sonata "Apassionata" de Beethoven y la Balada No. 3 de Chopin. Ambos discos están a la venta en los recitales de Jesús y en los conciertos de la OSJEM.
Estos días son los que se llenan de preparativos para la partida de Jesús, quien estudiará una maestría en ejecución pianística en Illinois, Estados Unidos a partir de septiembre de este año.
Antes de su viaje, prepara conciertos en Toluca, Cuernavaca, Guanajuato y Zacatecas. En nuestra ciudad se presentará el próximo 20 de junio en el Centro Regional de Cultura a las 17:00 horas y el concierto de despedida será el 25 de agosto en el Castillo de Chapultepec de la Ciudad de México.
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