Laclotte busca caminos en silencio
"La pantomima se va a ir junto con Marcel Marceau", opina el actor francés
Por: Silvia Márquez / Toluca
A más de un año de su visita a Toluca, el mimo francés Jean Bernard Laclotte regresó envuelto de lluvia. Éste año, dejó de lado las invitaciones de instituciones culturales. No hubo presentaciones en la Sala "Felipe Villanueva" como en abril del 2006. La decepción de experiencias pasadas fue grande y lo hicieron apostar por el camino de la autogestión.
Lumbrales, el foro autónomo para el arte y la cultura, le abrió las puertas y él, respondiendo a la petición, aceptó pasar algunos días de sus vacaciones en México con la gente de ésta ciudad.
Laclotte compartió el arte del mimo en dos fases. La primera, el viernes, con el curso especial de técnicas de actuación y mimo, una sesión intensiva de tres horas en las que abordó temas como la historia de la pantomima, la conciencia corporal, apropiación del espacio, estatuas y cámara lenta. La segunda fue un espectáculo el sábado pasado en la Colonia San Bernardino, en donde presentó una serie de pantomimas de estilo "para que la gente vea que un mimo puede estar triste, feliz, puede hacer chistes y contar historias muy importantes", dijo.
Revivieron en su cuerpo personajes como el cazador de mariposas, el domador de leones y un homenaje a Marcel Marceau a través de "El camino eterno".
Pantomima, sin rumbo
"La pantomima es Marcel Marceau y no hay salida por el momento. No sabemos a dónde vamos (...) Es muy raro encontrar gente que haga pantomima" opina Laclotte.
Después, un lapidante "la pantomima se está perdiendo" parece sentenciar el final de la película en donde Marceau es el protagonista.
A pesar de que Jean dice que sigue su propio camino y ve tendencias nuevas en el arte del mimo, sobre todo relacionadas con la danza contemporánea, explicó que "no hay escuelas y casi no hay nadie para enseñar".
Al respecto, hace un año Laclotte dejó abierta la propuesta para abrir una academia de pantomima en Toluca junto con Alfonso Vírchez. Los meses han pasado y de la promesa sólo queda una lacónica sonrisa en el rostro de Jean.
"Con Alfonso Virchez ya pasó mucho tiempo y nos hemos perdido de vista, así que no se va a hacer nada. Queríamos hacer una academia en Toluca pero se necesita trabajar mucho, se necesita investigar, un lugar, la gente, los alumnos... ya no es de actualidad".
Pero a pesar de los pesares la ilusión continúa y es la que mantiene vivos los sueños. En el taller impartido por Laclotte, los asistentes pudieron sentir el espacio, transformarlo y jugar con él. La conciencia del propio cuerpo fue la base para abrir los sentidos e "iluminarse" entrando en el campo del silencio.
Jean el mimo. Jean el hombre
Para Laclotte hacer mimo significa seguir el papel de un sacerdote. Como él dijo, "existe Jean y existe el mimo Jean. Durante años yo no llegaba a existir como Jean porque yo era el mimo Jean Bernard Laclotte. Ahora puedo compartir las dos cosas, pero es algo tan bonito hacer mimo para mí (...) Más que nada el mimo es mi forma de darle algo al prójimo".
La pasión por los personajes y el encuentro con el mimo de cara blanca, le han dado a Jean "simplemente la vida", ante lo que ha aprendido a "ser lo más humano posible, disfrutar de todos los momentos y compartir la felicidad y las penas. Como Pierrot, soñar y disfrutar, llegar a que mis sueños se hagan realidades".
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Sembrando sueños
Uno de los proyectos de Jean Bernard, además de seguir en los escenarios en su natal Francia y en México, es publicar junto con la editorial independiente de Toluca, Mirabilis, el cuento Pierrot, le semeur de rêves (Pierrot, el sembrador de sueños), historia que se centra en el encuentro del actor con su personaje.
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