Obras vivas que observan al espectador
La propuesta plástica de Magnolia Rivera recorre temas arquetípicos, mientras busca un encuentro del espectador con su mística interna
Por. Silvia Márquez / Toluca
Pinceladas llevadas al lienzo envueltas con recursos oníricos y místicos, fueron la apuesta del Museo de Arte Moderno del Estado de México, que ayer abrió la exposición Espejos y Grimorios de Magnolia Rivera.
La serie compuesta por 41 obras muestra el lado oculto del contacto con la naturaleza espiritual. Como su nombre lo dice, la autora colocó metafóricos espejos en cada uno de los lienzos que, como ella misma explica, manejan un concepto diferente del reflejo.
"Plasmo el espejo que se utilizaba en la antigüedad, sobre todo en la simbólica sagrada, como aquello que permite encontrarte. No es necesario un reflejo físico, sino más bien una proyección espiritual. La obra te ayuda a cuestionarte o te dice algo, te mueve interiormente, ahí te estás reflejando. Por eso es un espejo metafórico, metafísico y espiritual".
Los grimorios, esos famosos libros de magia, no quedan atrás, pues en la piel de las obras se marcan como entramados sígnicos que "pueden ser descifrados solamente por algunos", eso "no quiere decir que los demás espectadores sean ignorantes, significa que cada uno va a comprender la obra en una dimensión distinta, nada más. El ir desentrañando esos significados es ir comprendiendo los grimorios", dijo Magnolia Rivera.
Los óleos, acrílicos, dibujos al carbón y pastel expuestos están dentro del realismo simbólico. Recorrerlos implica una apertura a otros puntos de contacto con la obra, pues según Magnolia "toda realidad es aparente".
Cada rostro, mirada o figura humana encerrada entre las fibras del lienzo, cobran vida, cual mítico Golem, cuando la artista posa el soplo de vida en sus frentes. Los ojos se abren y las palabras escritas entre las partículas de vida las convierten "en imágenes reales y vivas".
Más allá de la superchería, Magnolia Rivera busca ir a las raíces de la "forma más seria". Según explicó, "en la antigüedad se escribían libros con mucha seriedad de estos temas, que están muy relacionados con lo que trato en mi obra: geometría sagrada, numerología, metafísica. No es un juego y no estoy tomando símbolos para manejar una superchería. Estoy haciendo una representación de las mancias, el tarot, de todo lo que llaman magia pero que nada más es un conocimiento de la naturaleza".
Ese devenir artístico y de investigación, "no es gratuito, es un estudio de muchos años, de búsqueda de libros antiguos, pero siempre buscando asentarme en escritores serios, aceptados a través del tiempo, incluso artistas como Leonardo Da Vinci, que también manejó este tipo de temas", explicó la también escritora y periodista.
Aunque el proceso de investigación es largo, Magnolia encuentra en los sueños y la imaginación las nuevas obras que quieren ser hechas. "Respeto mucho ese proceso creador porque me gusta jugar con el lado onírico, dejar que los sueños me traigan la nueva obra, pero también existe una reflexión en cuanto a los colores, las formas y cada detalle del cuadro".
La apreciación a detalle, es una de las aristas que interesan a la creadora, ya que pretende que ante cada pieza el espectador tome su tiempo "porque puede llevarse la sorpresa de encontrar en la pintura lo más insospechado".
La búsqueda del equilibrio, propio y de los demás, ha llevado a Rivera a considerarse una artista "preocupada por la sociedad" que "no está desconectada de nosotros, al contrario, se supone que tenemos esa sensibilidad de transmitir lo que está pasando en nuestro entorno". A pesar de no pintar "derrumbes o inundaciones", ella propone una búsqueda que "nos llevará a encontrar otra vez la armonía y equilibrio".
Actualmente la obra de Magnolia Rivera estará en el museo ubicado en el Centro Cultural Mexiquense hasta el próximo mes de noviembre. Su obra circula de manera digital en la red de Internet y a partir del viernes se podrá encontrar en una galería de Milán, Italia.
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