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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Carmina Burana, envuelta en el frío vallesano

Carmina Burana, envuelta en el frío vallesano

La obra monumental de Carl Orff, en manos de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de México, sufrió las condiciones climáticas y una mala sonorización en el escenario principal del Festival de las Almas 

Por: Silvia Márquez / Valle de Bravo 

Sobre la obra de Carl Orff, Carmina Burana, se ha escrito casi todo. La obra monumental para coro y orquesta, basada en textos profanos de los siglos XII y XIII habla con las cuerdas, las percusiones, los vientos y las voces de más de 300 músicos unidos en un canto a la fortuna, el dinero, el vino y el amor.

En 1937, el compositor alemán, retomó los textos medievales para componer una cantata escénica con el mismo nombre, a la que subtituló como Cantiones profánae cantóribus et choris cantándae comitántibus instrumentis atqüe imáginibus mágicis, (Canciones laicas para cantantes y coreutas para ser cantadas junto a instrumentos e imágenes mágicas).

La imagen mágica que ofreció el pueblo de Valle de Bravo fue el atardecer en el lago. Poco después la escena natural dio paso al viento gélido contra el que luchaban los músicos de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de México y del Coro de la Orquesta Sinfónica del Estado de México. Partituras volando, las manos entumecidas y los cantantes calentando la garganta, inundaban el ambiente nocturno el domingo pasado.

Como marco del escenario, se alzaba la enorme manta con el nombre del festival vallesano: el Festival de las Almas.

Minutos después de las 19:00 horas, el director titular de la OSJEM, Mario Rodríguez Taboada, tomó la batuta y la primera parte del preludio, O Fortuna, no mostró la magnitud del entrelazado musical. La estridencia hizo de las suyas ante la mala sonorización, que privilegió los sonidos agudos a un grado casi doloroso para los oídos.

Más que disfrutable, el concierto en la Alameda del Bicentenario, parecía una lucha constante por conseguir una interpretación digna de un festival calificado por los organizadores como internacional.

Al final del concierto, Mario Rodríguez Taboada dijo que ante las condiciones climáticas (a pesar de las cuales, el público llenó el foro), la interpretación representó un reto, “principalmente para el coro porque ellos tienen que cuidar muchísimo su voz (…) difícilmente podían estar al aire libre un rato más. Se pueden afectar las cuerdas vocales en esas condiciones”.

Por otro lado, Rodríguez opinó que la asignación del espacio no fue la correcta, pues el escenario fue “muy reducido para el tamaño de la orquesta y del coro”.

Posterior a su participación en el Festival de las Almas, la OSJEM continuará esta semana con presentaciones en Toluca y Sultepec.

El camino que seguirá la agrupación de jóvenes músicos, es el de la consolidación, pues según el director titular, la OSJEM ha adquirido la capacidad de abordar “obras muy difíciles y que requieren mucha calidad”. Eso es porque “los jóvenes están motivados, realmente adquiriendo la experiencia que requieren para integrarse en orquestas profesionales, porque ese es el espíritu de esta orquesta, ser una orquesta de formación, pero con calidad”. 

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