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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Una mirada plástica

Una mirada plástica

Antonieta Rivas Mercado en el Museo del Palacio de Bellas Artes

Por: Paul Achar

Interesante muestra compuesta por 150 piezas aproximadamente llenan cuatro salas del Museo del Palacio de Bellas como parte de la primera parte de los festejos de Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana. Óleos de grandes artistas mexicanos como Clemente Orozco, González Camarena, Siqueiros, Tamayo, Manuel Rodríguez Lozano, Agustín Lazo, entre otros, así como destacados artistas internacionales como Picasso, Kandinsky, Renoir, Cezanne y Juan Gris. Además se reunieron fotografías, grabados, esculturas, libros y algunos objetos personales que formaron parte de la colección particular de Antonieta Rivas Mercado, hija de Don Antonio Rivas Mercado gran arquitecto del Porfiriato, a quien se le encargo la elaboración del Ángel de la Independencia, que serviría para conmemorar el Centenario de la Independencia de México.

Antonieta fue una periodista, pensadora, dramaturga y parte del grupo de artistas postrevolucionarios como Gilberto Owen, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Diego Rivera y Rodríguez Lozano, quien la motiva para ser una de las grandes mecenas del arte en México.

En la primera sala de la exposición nos recibe un retrato de Antonieta realizado por Francisco Romo, con un estilo impresionista que parece a simple visa un trabajo de puntillismo al estilo de Seurat, pero si nos acercamos a la pieza podemos ver que la obra fue resuelta de manera diferente al puntillismo; es un obra que primero se realizó en realismo y después se agregaron puntos en tres tonos simulando como si toda la obra hubiese sido hecha a base de puntos.

Circulando hacia el lado izquierdo nos encontramos una serie de fotografías de intelectuales de esa época como Xavier Villaurrutia, José Gorostiza y Enrique González Rojo, entre otros. Continuando con el recorrido se abre un espacio dedicado al teatro donde se exhiben libros que formaron parte de las obras teatrales que presentó, a los cuales acompañan fotos de Clementina Otero y Lupe de Aragón, quienes fueron sus principales actrices. Después nos encontramos con un estupendo óleo de Montenegro en el cual retrata a Salvador Novo, con una postura seductora y resalta su mano como si nos invitara a lo oculto, a la muerte. Posteriormente podemos hacer un comparativo de la visión de Manuel Rodríguez Lozano del mismo Salvador Novo.

En la segunda sala abre una serie de fotografías familiares, de las cuales destaca una donde se encuentran de pie sobre un bloque de mármol, que serviría para la construcción del Ángel de la Independencia, y otra en la que podemos observar a Antonieta en traje de baño de esa época. La muestra se encuentra acompañada por dos monitores en los cuales nos hablan desde su nacimiento hasta su trágico suicidio frente a la catedral de Notre Dame, en París. En esta sala podemos apreciar dos esculturas de Guillermo Ruiz muy sensuales de Antonieta.

En la tercera sala encontramos obra de grandes maestros de la pintura, como una naturaleza muerta cubista de Picasso o al gran maestro ruso del abstracto Wassily Kandinsky, donde el orden y la geometría desempeñan un papel muy importante en la misma, o qué decir de ese dibujo de Cézanne donde los personajes parecieran cobrar vida frente al espectador o de las siluetas flotando del gran maestro Orozco que parecieran sacadas de un cuento de Edgar Alan Poe.

Espero que se den la oportunidad de visitarla y compartan sus experiencias con sus amigos; recuerden que sólo estará hasta el 26 de octubre de este año así que no se la pierdan.

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