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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Escaramuza

Escaramuza

 

 

 

Típicamente norteamericano

Por: Polo Castellanos

Segunda y última parte

Ni tan expresionista ni tan abstracto ni tan norteamericano

 

Mientras toda la artillería dirigía sus baterías al objetivo, bajo la dirección de la abominable mano del capitalismo, los artistas pensaban otra cosa. Willem de Kooning, un holandés naturalizado estadounidense, en su momento observó "es un desastre que nos pongamos un nombre" cuando en realidad el común denominador entre los artistas era el gusto por la experimentación y añadía -respecto a la concepción de que Estados Unidos se convirtiera en el centro cultural del mundo- que representaba una carga con la que los artistas parecían más jugadores de un equipo de béisbol que estaba escribiendo la historia americana. Motherwell por su lado, decía que le apuntaba más a "una historia no chovinista del arte moderno... no todos los americanos son mongólicos".

Y mientras Mark Rothko -el único consecuente con los mandatos de sus patrones en la CIA- perseguía comunistas a través de la Federación de Pintores y Escultores Modernos; Ad Reinhard -el único consecuente con sus ideas de izquierda y el único que se negó a ser cómplice- clasificaba a sus colegas con los más variopintos adjetivos, desde charlatanes hasta "trasero de Harpers Bazar" como le decía a Jackson Pollock. Comparaba la crítica de arte con "babeos" y arremetió contra Greenberg tildándolo de "papa-dictador" y a los museos: "un museo debía de ser 'un tesoro y una tumba, no una oficina de contabilidad o un centro de diversiones." De hecho, Reinhard tenía su versión acerca del arte abstracto y el arte en general:

 

"... El arte no necesita justificarse con 'realismo' o 'naturalismo', 'regionalismo' o 'nacionalismo', 'individualismo' o 'socialismo' o 'misticismo', o con cualesquiera otras ideas.

[...]

Todo arte abstracto que se dedique a combinar, mezclar, diluir, explotar, vulgarizar o popularizar priva al arte de su esencia y deprava la conciencia artística del artista. El arte es libre, pero no de acceso libre."

Por otro lado, tampoco se estaba inventando el hilo negro, en realidad lo que los artistas estaban haciendo en su mayoría era crear su versión de expresionismo y de abstracto a través de las experiencias compartidas -sobre todo con los artistas vanguardistas provenientes de Europa- y de la propia experimentación.

Por ejemplo, Rothko, otro naturalizado norteamericano, planteaba y ponía en práctica la cuestión de la llanura, quitar todo lo ajeno a la bidimensionalidad propia de la pintura, planitud en la forma, el color y la "experiencia religiosa" o misticismo son asuntos que ya se habían planteado algunas décadas atrás con Malevich y Mondrian.

¿Paralelismos culturales? Y aunque Rothko defendía la cuestión de la llanura, como lo manifestó junto con Adolph Gottlieb y Barnett Newman en 1943:

 

"... somos partidarios de la expresión simple del pensamiento complejo. Estamos a favor de la forma grande porque tiene el impacto de lo inequívoco. Deseamos reafirmar el plano pictórico. Estamos a favor de las formas planas porque destruyen la ilusión y revelan la verdad."

Paradójicamente, le metía textura a los cuadros, rompiendo la bidimensión. Utilizaba "la ilusión", que tanto aborrecía, para hacerlos bidimensionales e incluso realizaba esfumados entre un color y otro que generaban volumen y éste es, según Greenberg, un elemento propio de la escultura, poniendo en entre dicho la cuestión de la autonomía. Sin embargo, independientemente de las incongruencias de estos dos "finísimos" caballeros, de quienes hemos tenido la oportunidad de ver algunas de las enormes obras de Mark Rothko, no podemos negar que son un verdadero goce visual, aunque algunos no percibamos ninguna "experiencia religiosa" ni encontremos en la simplicidad de sus formas rectangulares ningún pensamiento complejo.

Otro ejemplo, De Kooning nunca abandonó la pintura figurativa y era tremendamente expresionista el uso de las grandes cantidades de material y una pintura totalmente gestual rompían con el esquema de "llanura" o lo planteado por la abstracción. Sus series de mujeres lo acercan más al expresionismo e incluso algunas pecan hasta de cubistas alejándolo completamente de la pintura abstracta.

Un caso muy concreto es el de Jackson Pollock que no fue ni el único ni el primero en meterse a su obra, ni tampoco fue el único en romper con las dimensiones del espacio, hay que recordar que Pollock fue influenciado por el muralismo mexicano. Sin embargo, la obra de Pollock se acerca más a lo que la teoría del expresionismo abstracto se planteaba, de hecho es un artista, que independientemente de cómo fue utilizado por toda la parafernalia política y los usureros que lo comercializaron, como Vogue y Life; de alguna manera se mantenía al margen, pendiente de no perder contacto con la pintura:

"Mi pintura no viene del caballete. Casi nunca estiro la tela para pintar. Prefiero afirmar la tela sin estirar sobre una pared dura o el piso. Necesito la resistencia de una superficie dura. Sobre el piso me siento más cómodo. Me siento más cerca, más parte de la pintura, ya que de esta manera puedo caminar alrededor, trabajar desde los cuatro costados y estar literalmente en la pintura. Esto es similar a los pintores rupestres indios del Oeste...

Cuando estoy en la pintura no me doy cuenta de lo que estoy haciendo. Sólo después de una especie de período 'de acostumbramiento' ver, en lo que he estado. No tengo miedo de hacer cambios, destruir la imagen, etcétera, pues la pintura tiene una vida en sí misma. Trato de que surja. Sólo cuando pierdo el contacto con la pintura, el resultado es una confusión. Si no, es pura armonía, un fácil dar y tomar y la pintura sale muy bien."

Pareciera que todo el expresionismo abstracto norteamericano fuera una completa farsa inventada por gringos, pero es real, tan real que ha influido en un sin número de artistas contemporáneos y en la misma historia del arte. Sin embargo, para abordar al expresionismo abstracto norteamericano, se deben de analizar todos los factores que influyeron en su desarrollo para poder entenderlo en sus justas dimensiones, ni más ni menos. Pero sobre todo entender, que al rededor de un fenómeno como éste, la manipulación, la mentira y el encubrimiento son armas tan poderosas que pueden cambiar el rumbo de la historia. Hoy, parte de los mitos de la historia del arte moderno se los debemos a la CI.

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