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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

LA CIMA

EL ÚLTIMO POETA MALDITO

Bernardino Rubio Tamariz

Los oscuros poetas de la literatura  además  de poseer un sentido clásico de la escritura y una extraordinaria habilidad para encontrar la palabra perfecta cuentan también con un gran talento para describir y narrar lo mórbido del alma humana; durante el siglo XIX y principios del XX se escribieron algunos de los poemas más bellos e incisivos de la literatura gótica ya que su originalidad de narración de historias plagadas de elementos fantásticos y de horror  causaban tanto asombro como malestar entre la sociedad romántica de la época, lo cual los hacia merecedores de un lugar al margen de las escuelas literarias que al no contar con argumentos para frenar y descalificar sus obras los catalogo como Malditos; escritores dominantes de poesía que realizaban la síntesis definitiva del romanticismo que muchos artistas contemporáneos jamás pudieron lograr. 
Como los precursores del simbolismo y de la expresión de las técnicas modernas de la poesía, los poetas malditos eran atraídos por la dicotomía entre lo divino y lo diabólico, sus poemas y narraciones hablan del eterno conflicto entre el bien y el mal, de lo ideal y lo sensual, del horror y de descripciones densas de hechos y lugares mágicos (castillos, bosques encantados, asesinatos, criaturas de la noche etc.) en donde se describen todas las facetas humanas, desde las más sublimes hasta las más sórdidas. Ellos crearon un género de la literatura occidental distinto del realismo convencional, sus novelas, poemas, cuentos y narraciones góticas exploraban temas extravagantes y sobrenaturales  inspirados en la búsqueda de baladas medievales y en los estudios y publicaciones sobre el folklore de las leyendas europeas y americanas. Sus temas clásicos incluyen las apariciones de fantasmas, a los mundos paralelos, los pactos con el diablo, las historias alternativas, las búsquedas mágicas, la realidad invadida por sueños o hechizos monstruosos además de vampiros y licántropos. 
Aunque el novelista y cuentista Edgar Allan Poe se le menciona como el  iniciador del género en América, en realidad puede verse a Howard Phillips Lovecraft  como el último de los poetas malditos de nuestro continente y de la época clásica, aunque sus obras en vida nunca le fueron reconocidas, sus trabajos fueron de las más extraños dentro del genero gótico y fantástico,  por lo que su obra comenzó a despertar un vivo interés sobre todo con su último escrito publicado un año después de su muerte en 1937: “Historia del Necronomicón”, una antología que él mismo había recopilado en donde habla de posesiones de espíritus malignos,  mundos oníricos donde el tiempo y el espacio se alteran irremediablemente, de exorcismos y de entradas a  realidades en otras dimensiones gobernadas por dioses antiguos que caminaban en el cosmo. Un libro envuelto en el misterio y en rumores, en donde el mismo H. P. Lovecraft advierte que su lectura provoca terribles consecuencias, todo esto enmarcado por la persecución de las autoridades y estamentos de la mayoría de los países con organizaciones eclesiásticas en contra del escrito. La realidad es que Lovecraft creó todo un mito alrededor de sus obras, que no fueron publicadas en su mayoría sino hasta diez años más tarde del homenaje póstumo del Necronomicon. 
Su influencia se hace notar en varios poetas americanos como Miguel Ángel Osorio Benítez, Rafael Arévalo Martínez y Jorge Cuesta entre muchos otros. Lovecraft se consagra como el último poeta maldito debido a que sus relatos se recopilaron en varios volúmenes póstumos, entre los que figuran El extraño y otros cuentos (1939) y El cazador en la oscuridad y otros cuentos (1951). Sus mejores novelas cortas son El caso de Charles Dexter Ward (1928), En las montañas de la locura (1931), y La sombra sobre Insmouth (1936), todas ellas llenas de belleza y originalidad de su poesía y de su extraordinario poder evocativo.
 

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