Las razones del diablo
Insistir de nuevo
Por: Dionicio Munguía J.
Al parecer, y a pesar de que el Secretario de Cultura del municipio haya declarado que eran los ediles quienes determinarían el cierro o no de la Biblioteca Heredia, esta sigue en la picota y no hay una información verídica en los medios acerca de este asunto. Pareciera que ha caído un manto de olvido sobre el tema, como suele ocurrir, y muy pronto veremos en ese edificio de la avenida Hidalgo, el famoso museo de charrería que, dicen las malas lenguas, dejaría una derrama interna de varios millones de pesos. Eso dicen las malas lenguas, lo bueno sería conocer la versión exacta del municipio.
Ahora bien, el cambiar una biblioteca municipal con una afluencia importante de público, mayor incluso que algunas bibliotecas estatales, por un museo que, en mi particular punto de vista, será muy poco visitado porque no a todos les interesa un tema así, es un paso delicado y debió realizarse un estudio exhaustivo, sin dejar nada de lado, con una consulta a los interesados, en este caso, los usuarios que visitaban frecuentemente el sitio.
Sin embargo, no hubo tal consulta, se tomó la decisión de manera unilateral, sin estudios de impacto, sin reflexiones profundas de lo que podría suceder ante una resolución así. Los políticos panistas municipales, sin querer, han reafirmado la opinión general de su incultura y poco seso para cuestiones culturales y educativas. El cierre de bibliotecas me recuerda mucho las imágenes nazistas de quema de libros y arte ocurrida un poco antes del inicio de la II Guerra Mundial.
Afortunadamente aquí no ha habido quema de libros ni destrucción de obras de arte, pero uno se queda pensando en qué va a ocurrir con todo el acervo bibliográfico que tenía la Biblioteca Heredia, ni las piezas de artesanía y arte que tenían bajo resguardo. No me convence la idea de abrir nuevas bibliotecas con los libros de la Heredia. Deberían, sí, abrirse más bibliotecas, pero cada una con su acervo particular, y dejar en donde está la biblioteca mencionada.
Debemos insistir en la claridad de la información. Pedirle al Secretario de Cultura del municipio la información precisa sobre el destino final de la Biblioteca. Si la van a reubicar o la dejan en donde esta. Si van a construir otro edificio o trasladaran a otro sitio la Biblioteca. También debe informar a los ciudadanos de Toluca el porqué tomar una decisión de este tipo, que afecta no solamente la imagen de la ciudad, sino el espectro cultural de nuestro estado. Es notorio que este asunto está cayendo en el olvido, que poco a poco olvidaremos que existió una biblioteca en la entrada de Toluca, frente al monumento a la Bandera.
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Andrés Aguilar -