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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Silencios Estereofónicos

Silencios Estereofónicos

Iron Maiden ofreció uno de los mejores conciertos de su trayectoria y Bob Dylan se reinventa cada día

Por: Félix Morriña

¿Qué tal, estimados lectores? Si ustedes no tuvieron la oportunidad de asistir al majestuoso concierto del grupo inglés Iron Maiden en el Foro Sol de la Ciudad de México, el pasado domingo 24 de febrero por la noche, déjenme decirles que se perdieron uno de los mejores encuentros masivos que se hayan registrado en el país, sencillamente porque la agrupación cumplió con su promesa de interpretar material de sus considerados tres mejores discos de su trayectoria: "Powerslave", "Somewhere Back In Time" y "Seven Son of The Seven Son".

La selección de las 19 canciones que integró su concierto de poco más de dos horas fue tan sesudamente bien estudiada por los integrantes de Iron Maiden para seducir a los más de 50 mil asistentes al Foro Sol.

Les comento que había gente de todas las edades, desde el seguidor fiel de la agrupación británica famosa en la década de los años ochenta, hasta infantes que iban de la mano de sus progenitores, lo cual hizo que la química entre la audiencia y los músicos fuera realmente única.

La escenografía empleada para este concierto de la "Doncella de Hierro" fue la utilizada durante las respectivas giras de los discos antes mencionados, además del empleo de la tecnología que fortaleció cada una de las canciones interpretadas.

El sistema de iluminación, audio y video fueron los idóneos para una noche redonda, en la que el heavy metal se hizo escuchar como antaño, cuando era el género que comandaba la escena internacional y no había estación de radio que no lo tocara.

Por otro lado, la aún potente voz de Bruce Dickinson dejó boquiabiertos a cientos de críticos que decían que el chaparrito y fortachón cantante no podría superar a las anteriores presentaciones en vivo y en directo de tan aclamados y demandantes discos. Claro, demandantes en términos de que no cualquiera puede cantar al hilo 19 canciones de una estructura muy difícil, por las historias narradas en distintos registros sonoros. La gente estaba satisfecha con lo que presenciaba.

Incluso muchos llegaron a decir que era el concierto que esperaban en su vida, porque no todas las giras de Iron Maiden están estructuradas de esta manera. El simple hecho de que hayan decidido interpretar material conceptual y no temático en esta gira es motivo para hablar por horas de esta agrupación nodal en la historia de la música contemporánea.

Los que pudieron constatar lo anterior saben que la gira internacional "Somewhere Back In Time", de Iron Maiden, quedará registrado en la historia de los conciertos masivos de México.

Por otro lado, también resultó todo un suceso histórico el primer concierto del maestro Bob Dylan en el Auditorio Nacional, la noche del pasado martes 26 de febrero, tal y como lo habíamos comentado en pasadas columnas.

Este interlocutor se dio a la tarea de recoger algunos testimonios de voces autorizadas sobre el quehacer literario de una de las principales plumas rockeras de la historia de la música contemporánea: Robert Allen Zimmerman, mejor conocido como Bob Dylan.Consultamos a los incondicionales periodistas, escritores y reconocidos críticos de México: José Xavier Navar, Juan Villoro, Javier Hernández Chelito, Paco Zamudio, José Luis "La Bruja" Pluma, Muni y Xavier Quitarte. Cada uno de ellos delimitó sus sensaciones, su cosmovisión musical a través de Bob Dylan y externaron su opinión sobre el concierto de exactamente dos horas, en el que cantó gran parte de su reciente disco "Modern Times", así como temas clásicos con nuevos arreglos.

Todos los amigos entrevistados coincidieron en que Bob Dylan se reinventa cada día, jamás toca una canción igual, odia que coreen sus canciones, detesta la parafernalia escénica (no hubo pantallas de video, no existió un manejo de luces espectacular, acostumbrado en este tipo de conciertos masivos; no hubo una sonorización adecuada, todo fue sobrio, estático e intimista) y lo único que le gusta hacer es cantar como le dé la gana, sin planear un set list (escoge las canciones según se sienta sobre el escenario) y que el público comprenda sus letras, disfrute sin exagerar la excelsa música y salga contento, aunque no completamente satisfecho.

Bob Dylan transitó del blues tradicional, el bluegrass, al boggie y el country, pasando por el jazz y el rock básico, muy rupestre. Los cinco músicos que le acompañaban fueron exigidos al máximo y cumplieron con los lineamientos del ganador del premio Príncipe de Asturias en el 2007 y seis veces candidato el Premio Nobel de Literatura.

Como dato extra, les puedo decir que Bob Dylan cantó hiladas ‘Como una piedra rodante’ y ‘La respuesta está en el viento’ de una forma que los escuchas presentes no podían creerlo. Es más, miles de los que estaban ahí no entendieron hasta la mitad de las respectivas canciones que se trataban de las dos rolas más conocidas por millones de personas en el mundo.

Como pueden constatar, queridos lectores, Bob Dylan dio un memorable concierto en el Auditorio Nacional, en el que la nostalgia se convirtió en la más fiel compañera de cada uno de los 10 mil asistentes. De mi parte es todo por ahora y creo que habrá Bob Dylan para rato.

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