Una mirada plástica
El impresionismo
Por: Paul Achar
En esta ocasión considero pertinente hablar del impresionismo pues es una de las pautas para llegar a la libertad de creación.
Comienza libre, como en la época de las cavernas, después evoluciona y llega a la perfección, crea reglas y cuando esas reglas ya son muy duras para expresar lo que se siente, se rompe nuevamente como lo hicieran los impresionistas a fines del siglo XIX. Nació del desacuerdo de algunos artistas hacia los temas clásicos y el academismo de esa época, las propuestas de composición, los colores matizados, el claro-oscuro que eran fórmulas artísticas impuestas por la Academia Francesa de Bellas Artes, donde se manifestaba que si no se seguían esos términos era imposible exponer en las salas oficiales del Salón parisino, así que decidieron unirse en contra del arte académico.
Los impresionistas eligieron la pintura al aire libre y los temas de la vida cotidiana. Uno de sus primeros objetivos fue plasmar en sus lienzos una visión del mundo más directa, sin reglas, y para lograrlo se enfocaron en los efectos que produce la luz sobre los objetos. La luz tiende a desvanecer los contornos y refleja los colores de los objetos a su alrededor quitando los detalles minuciosos del academismo.
Además se enfocaron en las formas, utilizaban para ello los colores primarios como el rojo, azul y amarillo. También aplicaron los colores complementarios como el naranja, el verde y el violeta.
Mucha gente no sabe de donde provienen los colores complementarios y este es un buen pretexto para comentarlo: son la suma de los colores que quedan sueltos cuando tomamos uno de los colores básicos. Como ejemplo, si tengo un amarillo quedan sueltos el rojo y el azul así que su complementario será el violeta y así sucesivamente.
Con esa técnica lograron dar una ilusión de realidad, aplicaban directamente sobre el lienzo pinceladas de color cortas y logranban captar la luz con mayor brillo en sus pinturas.
Édouard Manet, después de haber trabajado durante seis años en el taller del maestro Thomas Couture, se independizó y puso su propio taller, que después se convertiría en el cuartel general de los impresionistas.
Manet utilizaba colores fuertes y contrastados, buscaba la belleza y la sensación que dan las formas cuando se ponen de modo no acabado, impreciso y esfumado, llegaban incluso a desmaterializarse.
Manet sale completamente de lo que se está proponiendo en esa época, mediante pinceladas pequeñas y un alto contraste da las bases para crear la corriente del impresionismo.
Sus principales seguidores fueron Edgar Degas, Claude Monet, Berthe Morisot, Camille Pissarro, Auguste Renoir y Alfred Sisley.
Su gran preocupación fue captar los instantes de luz y para ello salieron al campo con sus caballetes en busca de ella y para intentar capturarla en sus lienzos lograron llegar hasta la vibración de la misma luz.
Al principio, como es común, nadie los tomó en cuenta; incluso recibieron golpes fuertes de la crítica. Poco a poco se convirtieron en un movimiento que se difundió en todo Europa hasta llegar a América. Además el movimiento creó las bases para el modernismo, tema del que platicaremos en otra ocasión.
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