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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Mantarraya

La música y la poesía

Por: Heber Quijano

En un magnífico concierto, ya muy popular y conocido, Facundo Cabral y Alberto Cortés, dicen que hay que temer de quien no canta porque algo esconde. Tienen toda la razón. La música ha logrado consagrase como el arte más accesible a las masas, aunque no por ello deja de existir música complicada y melódicamente difícil de entender, como la de Schoenberg, Xenakis o el dodecafonismo. Sin embargo, hay un hilo negro del que se desprende la cuerda floja en la que las melodías, las canciones, se plasman en el inconsciente colectivo y en el que recae toda la emotividad en la que la gente se identifica: la letra. Claro, no todas las canciones llegan a develar ese misterio al que llamamos, vida, amor, muerte. Claro, hay quienes no hacen más que repetir esquemas ya hechos –como si fuesen comerciales-- que sólo pretenden vender a costa de la trillada idea romántico-esperpéntica de los temas señalados arriba.

Y como siempre hay un pero, aquí nos dedicaremos a pensar en esos compositores que, sin ponernos académicamente exigentes, podrían recibir el apelativo de "poetas". La lista puede ser innumerable y llevarnos a engaño. Sin embargo, podemos hallar desde citas textuales de grandes poetas y/o escritores en quienes jamás pensaríamos pudieran acercarse a ellos, como Willie Colón al citar a Gustavo Adolfo Bécquer, por citar al más disímil. Por otro lado, hay quienes no niegan sus influencias, como Joaquín Sabina con Rafael Alberti, Luis Cernuda, Pablo Neruda, además de escribir sonetos, poesía, epigramas y versificar grandes canciones; Alberto Cortés también recibe del manantial de Neruda y musicaliza magistralmente "Volverán las oscuras golondrinas" de Bécquer. Bertold Brecht confluyen en la música y la lírica tan distante de Silvio Rodríguez y Jim Morrison, quien también bebe de las negras tintas de Nietzche, Blake y toda la generación beatnik.

Viendo el espejo del lado más grueso y folclórico, podemos asombrarnos al descubrir que "Guantanamera" es parte de los Versos Sencillos del padre espiritual cubano por excelencia: José Martí, a quién también musicalizó Pablo Milanes. Joan Manuel Serrat hizo de la poesía de Antonio Machado un himno transgeneracional: "Cantares" (caminante no hay camino, para los cautes), además de armonizar prodigiosamente a Miguel Hernández y Mario Benedetti. Diamanda Galas hizo una excelente adaptación de "El cuervo" de Edgar Allan Poe; Jaime López y Marú Enríquez la hicieron de la poesía de Xavier Villaurrutia, como también lo intentó Rita Guerrero al mando de Santa Sabina.

La mayoría de todos los músicos citados también pueden ser considerados poetas, así como Bob Dylan, John Lennon, Micheal Stipe, Maurice Chevalier, Arturo Meza, José Cruz, Saúl Hernández, Fito Paez, Gustavo Cerati, Rubén Blades, José Alfredo Jiménez, Agustín Lara. La poesía no tiene que encerrarse en la bibliotecas, cuya prisión sólo la lleva a los rincones, al contrario, siendo académicamente incorrecto, pero sincero, hay muchos poetas que podemos escuchar con facilidad. Obviamente, eso no hace menos poetas a los que leemos impresos, ni hace poetas a todos los compositores. Al igual que los trovadores medievales, los juglares, la melodía y el canto masifican la poesía.

Comentarios: heberquijano@yahoo.com.mx

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