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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Proponen un Benedetti “poético” contra la tortura

Proponen un Benedetti “poético” contra la tortura

La obra Pedro y el Capitán estará en temporada en el Centro Cultural Universitario "Casa de las Diligencias" hasta el próximo 25 de julio

Por: Silvia Márquez / Toluca

Pedro sufre ante la falta de luz, de aire; lo único que lo ata al mundo real son las razones que le susurra al oído la ideología que profesa. Al Capitán le faltan motivos; también sufre y manotea sumergido en la nada, con la única luz que le otorga el conseguir respuestas desde los rincones del sufrimiento del otro.

La iluminación se centra en ambos, en las sillas, una mesa, un lavabo sucio y ensangrentado. Las palabras no fluyen de manera directa; es un monólogo del Capitán lo que empieza con el drama. Pedro sólo escucha, o se evade, entre la palabrería que intenta explicarle las reglas del juego que está viviendo en carne propia.

No tenemos más elementos. Ambos personajes luchan sin mirarse. Después la oscuridad lo invade todo. Gritos, golpes, más palabras. Ahora Pedro comienza a hablar; Pedro es el que tortura, el que interroga al Capitán sin dejarle más opción que rogar que termine con el castigo.

Al final los cuestionamientos se generalizan, pues más que la tortura la obra de Mario Benedetti aborda la psicología humana ante situaciones de confrontación.

Como el propio uruguayo lo dijo alguna vez, Pedro y el Capitán "no es el enfrentamiento de un monstruo y un santo, sino de dos hombres, dos seres de carne y hueso, ambos con zonas de vulnerabilidad y de resistencia. La distancia entre uno y otro es, sobre todo, ideológica, y es quizá ahí donde está la clave para otras diferencias, que abarcan la moral, el ánimo, la sensibilidad ante el dolor humano, el complejo trayecto que media entre el coraje y la cobardía, la poca o mucha capacidad de sacrificio, la brecha entre traición y lealtad".

Veintinueve años después de ser escrita, la pieza dramática revivió entre las paredes del Centro Cultural Universitario "Casa de las Diligencias", ahora bajo la propuesta escénica de Imakinación Teatro, compañía joven de la capital mexiquense.

Arturo Sosa y Óscar Alan de la Cruz encarnan a Pedro y el Capitán respectivamente. Su actuación y la relación entre personalidades de ambos actores logran momentos de catarsis que se rompen en un par de intervenciones de la mano del director Israel Ríos.

Una "exploración al mundo interno de los personajes" ofrecieron las inserciones al texto de Benedetti, ante las que Ríos dijo no saber "si eran o no necesarias", simplemente las definió como "parte de la propuesta que quisimos visualizar". Las rupturas con canciones y un trazo coreográfico entre una escena y otra "surgió a partir de la exploración con los actores de la relación que se establecía con estos dos personajes. Algunas de las canciones con un dejo muy directo de una postura ideológica, sin embargo algunas otras redescubriendo más allá al ser humano dentro de estos personajes. Era para visualizar qué estaba sucediendo", dijo. "Era el riesgo al cual queríamos llegar. No sé si aligere la obra, aunque no es nuestra intención, de hecho lo que queríamos era que catalizara en el espectador. Tratamos de que apoyaran y complementaran todo el trabajo. Son caprichos del director, uno inevitablemente se quiere ver reflejado de alguna manera".

La atemporalidad del texto se refleja en la puesta en escena. La diferencia de contextos e incluso de momentos históricos, hizo posible que la obra se desarrollara en un punto ilocalizable, pero que podría identificarse con diversas situaciones que, incluso, no resultan lejanas.

"No queríamo tomar una postura tajante con respecto a la ideología, más bien queríamos mostrar estos dos lados. Benedetti hablaba de la obra y decía que más allá de estar a favor o en contra de una ideología, lo que hunde a los personajes es que están metidos en una ideología que no pueden superar. Por ahí quisimos construir, explorar qué pasaba con estas dos personas que tienen pensamientos completamente diferentes, que al relacionarse no se encuentran y lo que descubren dentro de ellos no les resulta positivo para ninguno de los dos", explicó Ríos.

 

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En temporada

Pedro y el Capitán

está dividida en cuatro partes y consiste en un diálogo entre el Capitán, representante de las fuerzas armadas, y Pedro, víctima de la persecución a los activistas de las ideologías de izquierda en Latinoamérica durante las dictaduras militares de las décadas de 1970-1980.

Las acciones en esta obra transcurren en una habitación semivacía, donde Pedro, que tiene tendencias izquierdistas, es dejado encapuchado luego de cada sesión de tortura física, a fin de ser interrogado por el Capitán.

La temporada de Pedro y el Capitán terminará el próximo 25 de julio. Las presentaciones son los jueves y viernes a las 19:30 horas, además de los sábados y domingos a las 19 horas en la Casa de las Diligencias, ubicada en Juárez e Independencia en el centro de Toluca.

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