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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Aute, de fiesta en un concierto masivo

Aute, de fiesta en un concierto masivo

El cantautor español se presentó en Metepec como parte de los festejos de Radio Mexiquense por su 25 aniversario

Por: Silvia Márquez / Metepec

Luis Eduardo Aute confiesa que no tiene un estudio musical en su casa. Admite que, en su espacio, cambia las partituras por los lienzos; aún cuando "no sepa pintar", lo practica desde niño.

Su relación con el cine se desenvuelve bajo la misma premisa. Su más reciente cinta Un perro llamado Dolor es una serie de más de cuatro mil dibujos animados por su autor, quien reconoce que no es propiamente una película, pues no hay un tema, aunque el hilo conductor es la relación entre el artista y su modelo. La reinterpretación de Goya, Duchamp, Picasso, Sorolla, Frida Kahlo, Diego Rivera, Dalí y Velázquez todavía no queda atrás, pero próximamente, dijo, llevará a cine una comedia musical de la que no quiso hablar mucho, sólo advitió que "no será como las que conocemos".

El universo intimista de la plástica de Aute, de su dramatismo y lenguaje cinematográfico, es el paso perfecto a la maleabilidad de sus letras, de su canto.

La voz que tantos minutos ha reproducido la radio, pudo ser escuchada en vivo, sin más intermediario que un micrófono, por las personas que sortearon la cita de la lluvia y llegaron a las instalaciones del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense.

La razón fue el aniversario número 25 de Radio Mexiquense que, además de festejar con música, trabaja en la apertura de sus estaciones en frecuencia modulada con la finalidad de expandir los brazos de la radio cultural en la entidad.

Un par de horas antes del concierto, Alejandro Santiago, joven trovador originario de la capital mexicana, tomó una guitarra y compartió sus canciones con el público que poco a poco fue ocupando sus lugares. El cantante decía una y otra vez que el amor es el único sentimiento capaz de cambiar al mundo, mientras las frías gotas llenaban el ambiente.

Después vino la espera. Las bocinas sobre el escenario transmitían spots radiofónicos. El aroma de café inundaba la carpa; la bebida permitía a algunos calentar las gargantas, mientras los abrazos entre las parejas que se dieron cita no parecieron más oportunos.

En punto de las 8 de la noche, las luces del escenario iluminaron los instrumentos que esperaban ansiosos unas manos que se posaran sobre ellos.

Los músicos salieron a escena y al final, Luis Eduardo Aute comenzó la fiesta.

Una copa de vino tinto en su mano inició la invitación de la velada. Aute, al principio lejano, poco a poco entró en contacto con los asistentes, a quienes advirtió que el concierto sería largo, que el viaje por sus canciones valdría la pena, el frío y la espera.

Metáforas combinadas con notas volaron por los recuerdos de sus discos pasados y presentes. El amor, como lo concibe Aute, como relación de "más de dos", llenó su boca y lo transformó en música que los presentes siguieron con atención durante casi tres horas.

Después del vino, un cigarro entre los dedos de Aute anunciaba el final y como el humo, las palabras se esfumaron al mismo tiempo que las luces.

En una maniobra casi sutil, el público se acercó al escenario y comenzó a aplaudir. Las canciones extras no se hicieron esperar y fue así como el español recorrió los espacios de sus letras más famosas. No podía faltar Sin tu latido, que dio paso a casi media hora más de música.

La velada cerró con un Aute cantando a capella. Su voz casi ronca se elevó entre las historias de amantes, lunas y odios.

Cerca de la madrugada, Luis Eduardo cerró una gira por México y el público selló el pacto con la poesía hecha música.

1 comentario

Alberto -

estuvo muy chido...

ojala pudieran invitarlo una vez mas