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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Las razones del diablo

Elecciones y cultura

Dionicio Munguía J.

A menos de un mes para que se efectúen elecciones para presidente de la república, senadores y diputados federales; con un cúmulo de encuestas en todos los medios, ya sea electrónicos y escritos; con un bombardeo incesante en televisión y radio de los diferentes candidatos y partidos políticos que los apoyan; con discursos, generalmente llenos de demagogia y pocas respuestas a problemas reales; con mínimos contactos de candidatos con artistas e intelectuales, nos vamos a votar.

Al menos en el Estado de México, este tipo de contactos se ha realizado de manera intermitente y prácticamente sin organización real. Sin embargo, en estos encuentros con "intelectuales y artistas del estado" no hubo un conglomerado de información y propuestas y cada uno de los asistentes jaló agua para su molino.

¿Qué sucede con este tipo de contactos? Sencillo. A los políticos el pensamiento que cuestiona es un pensamiento peligroso. Nada peor que reunirse con gente pensante y cuestionadora. Para ellos, los políticos, los artistas son gente que, entre más lejos, mejor. Esto se nota desde el momento en que las reuniones con artistas son mínimas y sin publicidad, sin informar a los medios que existe esa reunión.

Lo malo no es que no existan este tipo de reuniones, sino que las mismas sean sólo actos proselitistas, sin sentido, con propuestas que cada año son las mismas, con respuestas semejantes, con actitudes que en la mayoría de los casos son producto de la ignorancia supina de quien es un representante popular.

Los candidatos se acercan con miedo a los artistas o, en su caso, con cierta prepotencia de burócrata futuro con alguien que no les interesa más que para ganar un voto. Me pregunto si alguna vez el medio artístico votaría en masa por un candidato específico. Ya sé que es imposible pensar de esa manera. Primero, porque al menos en este momento, no hay un candidato que unifique a los creadores mediante un plan específico hacia la cultura; y segundo, porque es casi imposible conciliar intereses en un grupo donde el pensamiento libre va en contra de la unificación de un criterio.

No sé si a nivel Distrito Federal ha habido reuniones de los candidatos a la presidencia con los artistas. Seguramente sí, pero lo que sucedió en esas reuniones se ha quedado en esas reuniones. Los periódicos informan a medias lo que no les interesa, mucho más los llamados de "circulación nacional". Obviamente, en el Estado de México no ha habido una reunión con candidatos panistas y perredistas (entiéndase Calderón y López Obrador); con Madrazo hubo algo semejante donde asistieron vacas sagradas locales y olvidaron a verdaderos artistas, dejándolos de pie e ignorando su valía, no solamente a nivel nacional.

Es obvio que a los candidatos a la presidencia no les interesa la opinión de quienes realizamos un acto de creación artística. Es obvio que esos hombres les da temor o no comprenden la necesidad, no solamente histórica, sino social de acercarse a quienes, de alguna forma, son cronistas de la sociedad actual.

A pesar del ninguneo y del olvido, los que nos dedicamos a esto, para bien o para mal, debemos votar el 2 de julio. ¿Por quién? Eso es una decisión personal. Yo, al menos, ya sé por quién voy a votar.

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