El Ojo Criticón. Crítica al Cine Contemporáneo
El Yo Mexican y el fenómeno Oscar
Por: Jorge A. Cid
Desde que se dieron a conocer las nominaciones al Oscar para este año, mucho se ha hablado de los protagonistas nacionales en dichos premios y resulta curioso como la crítica nacional, ha recibido a los tres filmes en las distintas etapas que les han sucedido. También, por otra parte, el nacionalismo que nos invade tras el nombramiento. Por un lado, ¿Hasta qué punto consideramos los Premios Oscar como los más importantes dentro del orbe fílmico? Además de observar la manera como los medios, sobre todo los más vistos por el grueso de la población, reaccionan y trivializan alrededor del fenómeno. Me gustaría hablar sobre los premios en cuestión, y sobre el contexto de los tres filmes, sea en el momento en que llegaron y en el momento actual, en que tienen la posibilidad de ganar en ésta edición del festival de la Academia de ciencias cinematográficas.
Es bien sabido que los premios Oscar han venido demeritando en cuanto a la credibilidad de su postura ante los filmes que presentan, desde hace años el valor agregado que otorgan los premios a una película es básico para el éxito que ésta deba tener en las salas de cine, incluso se vuelven a proyectar filmes que ya habían salido de las salas meses atrás o para sus ventas a nivel casero en formato DVD, incluso para definir la postura que el consumidor deba tener sobre una película en específico. Se ha visto la volubilidad con que los miembros de la academia otorgan premios y en algunas ocasiones evidencian su postura respecto de la política estadounidense y al entretenimiento. Hemos observado la forma tendenciosa con que los premios se otorgan, dependiendo del contexto podemos ver como Michael Moore gana (Bowling for Columbine, 2002), o Tsotsi (Hood, 2005) como mejor película extranjera. En el caso de las películas extranjeras su tendencia ha sido premiar el exótismo que provoca ver una película irakí o sudafricana como si la distancia cultural también puede ser premiada desde la silla del turista gringo que se ensalza de tener un MacDonald’s cerca donde quiera que se encuentre, incluso en Moscú.
En México tenemos la idea de que el reconocimiento que se logre dentro de Hollywood es importante para la trascendencia creativa del cine mexicano. El fantasma de la época de oro del cine nacional cuando, precisamente; todo el glamour del Hollywood en su más alto nivel y prestigio se convertía en el referente de las tendencias cinematográficas a nivel mundial; en ese momento en que el cine mexicano podía competir a nivel de producción, a nivel de guión, incluso a nivel de peso de las estrellas cinematográficas, se ha venido convirtiendo en una obsesión cultural. Como si pudiésemos presumirnos a nosotros mismos que podemos ingresar en los festivales de la nación que nos opaca, salvo en nuestra mexicanidad.
Los Mexicanos que están nominados y más, las películas que se nominan, son de producciones no enteramente mexicanas. No hay una película propiamente mexicana dentro de los premios son Profesionales en el área que se ha podido hacer, mas fuera del país por su propio talento y esfuerzo y porque, además, están dentro del gusto del consumidor norteamericano. Si bien Iñarritu (Babel 2006) es uno de los directores favoritos en los Estados Unidos desarrolló su filme con su propio dinero y en el momento en que se proyectó en nuestro país muchas fueron las opiniones en contra: que el estilo narrativo ya cansó, que no es muy buena, que Brat Pitt no actúa como en sus mejores filmes, que quién es Cate Blanchet. Y sin embargo la consideré una de las mejores películas del año y de lo mejor que ha hecho un cineasta nacional a nivel internacional. Guillermo del Toro merece una mención especial porque superó con creces sus trabajos en el aburrido Hellboy (2004) o en Blade II (2002) y demuestra que se acomoda mejor trabajando con producciones españolas como El Espinazo del Diablo (2001). No sé si le otorgue la academia el premio a mejor película extranjera, sin embargo su trabajo a nivel de Arte es muy bueno. Ojalá que en ésta área sea reconocido, aunque compite con el mediatizado Apocalypto (Gibson, 2006).
Para mí el mejor filme de los tres que se presentan a la contienda abanderando la mexicanidad es Children Of Men (Cuarón, 2006) me parece un filme bastante completo, en el que el discurso es llevado de una manera ingeniosa y donde el guión adaptado no resulta ser una fotocopia al estilo Sin City (Rodríguez, 2005). Técnicamente es una película bien desarrollada, que muestra a un Cuarón versátil que no se quedó como el director de algún Harry Potter o la romántica Great Expectations (1998). Cuarón gusta de adaptar guiones, sin embargo su trabajo más reconocido a nivel mundial resulta ser Y tu Mamá También (2006). Irónicamente y muy aparte de todo éste gran currículum, resulta ser el que menos se le ha reconocido, como si no tuviésemos la capacidad de observar la enorme producción que tuvo que dirigir, la propuesta visual, de la que mucho se le debe a Emmanuel Luvezki. A quien por cierto no se le ha reconocido su trabajo dentro de los premios.
¿De qué sirve para nosotros que el trabajo de los compatriotas sea reconocido en los Oscar’s si no apreciamos los premios y reconocimientos que han obtenido en festivales más serios, más imparciales y que dejan de lado lo políticamente correcto para aislar el filme en su contexto y su espacio? Ojalá que alguno de los tres, que alguna de sus películas ganen algún premio, así, quizás dejemos de lado esa obsesión por ver algún oscar en la sala o estudio de algún cineasta que tenga en su acta de nacimiento la nacionalidad mexicana. Así, tal vez, la voz ajena nos otorgue el derecho a pensar que el trabajo de un cineastas mexicano vale tanto la pena como para presumirlo a nivel mundial.
¿Qué pasa con gente como Reygadas (Batalla en el cielo, 2005) Amat Escalante (Sangre, 2006) o Carlos Bolado (Solo Dios Sabe, 2006) que muestran una visión particular y tienen una propuesta narrativa atrevida? ¿Necesitamos que Hollywood nos los presente para reconocerles el trabajo? ¿Después de los Oscar diremos que sí, es verdad, Babel es buena? ¿Que a pesar de los problemas con Guillermo Arriaga, Iñarritu se merece el Oscar? ¿Que el mejor director mexicano es Guillermo del Toro porque El Laberinto del Fauno es una excelente película? (que sí lo es). Suerte para superar esta obsesión.
Comentarios a jorge.cida@gmail.com
0 comentarios