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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Mantarraya

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Apuntes sobre educación, ciencia y urgencia

Por: Heber Quijano

Ya he martirizado al lector respecto a la importancia de la investigación científica y la educación. Confiésome, culpable, cautivo de tales tópicos. Por un afán ingenuamente patriótico -aunque eso ya no esté de moda-, por una necesidad de contextualizar a México en el mundo y por entender también qué función puede tener el docente, el investigador, el periodista, el escritor, el padre de familia en la educación, de los estudiantes y de la sociedad en general. Ya sé: sermones los domingos en la iglesia.

Demos un panorama general. Según cifras reportadas por Karina Avilés, hay 2 millones 709 mil alumnos universitarios (ojo, 2% de la población total mexicana). Siete estados concentran 50% de dicha población, y diez instituciones 40% de la misma. Casi un tercio estudia en escuelas privadas y 44% estudia un posgrado en las mismas. En números aproximados, 75% estudia una licenciatura universitaria, 12% una tecnológica, 5% en una normal y menos de 4% técnico superior universitario. Sabemos las carencias graves de empleo para estos probables profesionistas. Sabemos más de todavía de quienes no llegan a ese nivel. Por ello, su importancia.

Con derecho a equivocarme, el éxito de las sociedades modernas ha surgido del desempeño profesional, intelectual, cultural y filantrópico de sus universitarios. José Franco, del Instituto de Astronomía de la UNAM, señaló que la transformación del país sólo se dará cuando el gobierno entienda los beneficios de invertir en ciencia y tecnología. Claro, el mundo, sin embargo, se mueve. Franco indicó que el gobierno debe dar estímulos fiscales (reducción de impuestos, por ejemplo) a los empresarios que opten por impulsar la ciencia y la tecnología, así como con las instituciones de educación superior. También queda en nosotros acercarnos, por lo pronto, a los libros, a la lectura.

Citemos dos ejemplos. Pablo Rojano, egresado de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, desarrolló un antiséptico germicida para tratar diferentes infecciones, que puede ser más eficaz que la penicilina, tetracilina y ampicilina. Este antiséptico se desarrolló con extractos vegetales (orégano, tomillo y violeta de genciana) y puede usarse para quitar el algodoncillo, infecciones de hongos o en la placa dentobacteriana, sangrado e inflamación de encías. Rojano fue apoyado por el Centro de Incubación de Empresas de Base Tecnológica del IPN, para la producción y comercialización del antiséptico. Investigadores de la Facultad de Química de la UNAM, encabezados por Herminia López y Javier Cruz, descubrieron que la bacteria Alicycliphulus sp degrada el poliuretano, usado en hule espuma y juntas industriales y que tarda mucho en degradarse, mediante análisis de cromatografía de gases, espectrometría de masas y resonancia magnética nuclear. El trabajó fue publicado en la Applied and Enviromental Microbology de la Sociedad de Microbiología de EE. UU.

Ambas investigaciones tienen sus ventajas. La salud pública la primera, el cuidado de los ecosistemas la segunda. No podemos dejar que sigan fugándose nuestros cerebros, ni que México se alimente de sus remesas. China manda a sus estudiantes a posgrados europeos. De México huyen estudiantes y braseros.

Comentarios: heberquijano@yahoo.com.mx

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