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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Las razones del diablo

Encuentros de escritores

Por: Dionicio Munguía

 

Para el momento de publicarse esta nota, ya habré llegado de un encuentro nacional de escritores en Orizaba, Veracruz. Estos encuentros se vienen realizando, desde hace algunas décadas, en diferentes lugares de la República, en el entorno nacional, y en sitios a veces impensados en lo internacional. Apenas un par de años atrás, se realizó en Toluca un encuentro internacional de poetas, donde participaron escritores de la talla de Ernesto Cardenal, autor de uno de los poemas clásicos de la literatura centroamericana: "Oración por Marilyn".

En este encuentro se pudo conocer de cerca a un icono de la izquierda revolucionaria. Personaje que saltó al reconocimiento público con la creación de la comuna de Solentiname, en Nicaragua. Seguidor de la Teoría de la Liberación, Ernesto Cardenal participó como guerrillero en la lucha sandinista y tuvo a su cargo la cartera de cultura durante el gobierno de transición en Nicaragua. Pero también es poeta y su poesía ha dado la vuelta al mundo. Hubo escritores de diferentes partes del mundo, Francia, Sudáfrica, Brasil, Uruguay, Argentina, Ecuador, Perú, Guatemala y España, además de otros que no recuerdo, incluyendo mexicanos y representantes del Estado de México.

Organizado por el SEMSE, durante tres días completos, los escritores visitaron a un buen número de municipios mexiquenses y leyeron su obra frente a escolares, tanto de primaria como de secundaria, así como frente a maestros que llenaron cada tarde/noche el auditorio del SEMSE. Una memoria fue publicada, un libro donde se recopiló la obra de quienes participaron. Sin embargo, y a pesar de la buena intención y magníficos resultados, no hubo un Segundo Encuentro ni, creo, se realizará alguna vez. Es una lástima.

Los encuentros literarios tienen como fin, o al menos eso se piensa, el de darse a conocer, de reconocer a otros y encontrarse con viejos amigos, crear vínculos, amistades, conectes e incluso intercambio de textos, libros y propuestas. Siempre que se va a un encuentro de escritores sucede algo: ya sea la poca organización, la falta de asistentes con nombre o, como sucedió en Zamora en 1999, un encuentro donde lo que brilló fue la literatura, los buenos textos, la calidad de quienes asistieron y las amistades que se recuperaron.

Algo así sucedió en Orizaba. Fue reencontrarse con viejos amigos, saber que de nuevo está escribiendo, lo que acaba de publicar, lo más reciente en el Estado o en los diferentes Estados que participaron. Hace años se hicieron aquí en el Estado de México un par de encuentros que se han dejado de realizar: el de novelistas en Tonatico y el de becarios en Ixtapan. No se han vuelto a realizar, pero sería bueno que, al menos, se retomara el de Becarios del FOCAEM. Así sabríamos si las becas otorgadas realmente produjeron resultados de calidad.

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