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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Mantarraya

Apuntes científicos para dar afecto

Por: Heber Quijano

El mundo cambia cada día sus matices, pero definitivamente no hay nada nuevo bajo el sol. En estas fechas confiésome culpable de nostálgico y soñador con ese sueño de equidad, fraternidad y libertad que legible en la Revolución francesa, la Declaración de Derechos Humanos o la máxima: “amaos los unos a los otros”. Aun ateo seguiré soñando, de otra forma perdería la fe en la humanidad. Claro, no vamos a salir a salvar el mundo, o a matar a los asesinos de los ecosistemas, o a los vampiros del petróleo, o a los traficantes de niños y de su inocencia, o a… El mundo es más llevadero con un pequeño esfuerzo y tolerancia.
Ya se ha dicho que Occidente ha separado el espíritu de la ciencia, y la ciencia de la fe. No creo en karmas ni transubstanciaciones; sin embargo, la ciencia bien puede evitarse caídas y nosotros obviar lo caótico, aunque sean ellos los que confirmen la incongruencia de nuestro pensamiento cientificista.
En Londres, ha quedado sentado en minutas científicas, Personality and Social Psychology Bulletyn, que conversar diez minutos al día agiliza la memoria y el intelecto. Dicen los investigadores que es la primera ocasión en que se demuestra que la interacción social tiene un impacto directo en el desempeño intelectual. Incluso, desde la Universidad de Michigan, sugieren que la conversación con una “amigo o familiar” es tan positivo para la salud mental como llenar un crucigrama. Entendamos “salud” como la Organización Mundial de la Salud establece: equilibrio fisiológico y emocional. Nada de tomografías, ni de demencia senil, menos soledad. Un crucigrama no será tan “saludable” como recordar la propia vida y la vida propia con alguien querido.
Por otra parte, la BBC Ciencia y la gaceta médica The Lancet resaltan un estudio en el riesgo 20% mayor de morir en gente que ah perdido un ser querido. “No sólo es tema de poemas o canciones, sí es posible morir por la desolación que causa un corazón roto” señalan, sin meterse en disertaciones sesuda, como “¿Para qué poetas en tiempos de miseria?” de Heidegger. Para investigadores de la Universidad de Utrecht, Holanda, el dolor psicológico causado por una muerte cercana (hijos o pareja) es primordial en el comportamiento del deudo, ya por nueva dieta de los viudos (alcohol, tabaquismo y desnutrición), ya por que las hormonas del estrés pueden trastornar los procesos del organismo. Los viudos tenían 21% -17% las viudas- mayor probabilidad de morir tras la muerte de la pareja. Para otro estudio publicado en 2003, los padres son más propensos al suicidio tras la muerte del hijo, y si más joven el hijo, mayor el riesgo, particularmente en los primeros 30 días de duelo. “La mortalidad por el sufrimiento causado por una pérdida puede atribuirse en gran parte al llamado ´corazón roto´” concluyen los estrictos científicos anglosajones. Parece una afirmación casi divertida. El sístole y el diástole en una grieta emocional son impredecibles, así a ¿qué ritmo bailamos este vals?

heberquijano@yahoo.com.mx

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