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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Una mirada plástica

Una mirada plástica

 

Homenaje luctuoso al gran muralista Siqueiros

Por: Paul Achar

 

En otro aniversario luctuoso del gran muralista mexicano David Alfaro Siqueiros se dieron cita familiares, amigos, diplomáticos, el subdirector de Bellas Artes, parte de la Dirección de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas y artistas del Movimiento Muralístico Mexicano.

En una mañana soleada, donde las guardias de honor y los discursos nos hicieron recordar que hay que seguir luchando para dignificar a las artes como lo hiciera ese gran muralista, Adriana Siqueiros, la hija del maestro comentó:

"Algunos de ustedes habrán visto el mural que está en el Hospital La Raza del Seguro Social donde está simbólicamente el Prometeo, que significa en la Mitología Griega y clásica dios del fuego, hijo del titán Apecho, hermano de Atlas, como el principio de la primera iniciación humana. Esta escultura aquí presente es una réplica del Prometeo", dijo, haciendo referencia a la tumba de Siqueiros.

"Siqueiros con su gran imaginación pintaba a la humanidad con su dinámica. Un gran luchador activo por la justicia de su país y por los cambios políticos y sociales que lo representaban en su pintura como un soldado de la verdad y de la paz.

"Éste es un homenaje para mi padre en esta Rotonda de los Hombres Ilustres donde se encuentran grandes pensadores y luchadores por un nuevo México que merecen todo nuestro respeto".

Por otra parte, Roberto Gallaga, presidente de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas, dijo que ésta es la "celebración del trigésimo cuarto aniversario luctuoso de un artista plástico que plasmó en su obra el rostro de un pueblo en una lucha constante por reencontrarse con su destino y que a pesar de todos los obstáculos que afrontan sigue obstinado hasta conseguirlo, hombre de ideas y de acción, de lucha constante y consecuente con lo que siempre prendió al lado de los más débiles y de los más necesitados, y congruente con lo que pensaba, soñaba y realizaba.

"Desde el punto de vista plástico teórico e innovador como lo mencionó en un ensayo el maestro Antonio Rodríguez, pero también dueño de una infinita sensibilidad pictórica que tenía tiempo para poder platicar con los niños de su entorno o de extasiarse ante la imagen de un Cristo tallado en madera, un Cristo humano, el Cristo de la esperanza, que lo inspiró a pintarlo en más de una ocasión, una de estas realizaciones forma parte del acervo pictórico del Vaticano.

"A dos años de la conmemoración del bicentenario de la Independencia y los cien años del movimiento armado de 1910, acontecimientos convertidos en nidos de nuestra historia su legado pictórico y político está más vigente que nunca.

"Recordar al maestro Siqueiros es tomar conciencia de lo que nos falta por realizar, de lo que debemos superar ideológicamente para cambiar como país y de lo que debemos hacer para pagar la deuda que tenemos con todos los seres anónimos que día a día lo construyen y que él plasmó en todas sus obras para que nunca lo olvidemos".

El director de la Sala de Arte Público Siqueiros, Jorge Reinoso comentó:

"El maestro Siqueiros nació el 26 de diciembre y murió el 6 de enero. Cuando él tomaba el estrado en alguna de las ocasiones que recibió premios y distinciones, aprovechaba la solemne ocasión para hablar sobre el estado del arte nacional e internacional, así como para llamar la atención sobre la actualidad política. Para este gran artista y activista social la historia era materia viva que se manifestaba en tiempo presente.

"Cuando falleció José Clemente Orozco en 1949, Siquerios redactó para el periódico El Nacional un gran artículo en el que evitó el tono necrológico, dirigiéndose a su colega en primera persona como si continuara con él una intensa discusión que la muerte sólo interrumpía parcialmente.

"El obligado reconocimiento que rendimos a los creadores intelectuales mexicanos deriva a que en esta Rotonda se aproximen las lápidas de Orozco, Rivera y Siqueiros, artistas con opiniones fuertes que no siempre estuvieron de acuerdo pero coincidieron en la necesidad de crear un arte mexicano comprometido y que aportara internacionalmente valores culturales y estéticos.

"Una de las formas más coherentes de conmemorar el legado de Siqueiros es considerar las acciones de su conservación, estudio y divulgación desde las perspectivas de actualidad, discusión y crítica que el muralista concebía como fundamentales para la vigencia de las ideas y del arte, concibiendo el nacionalismo desde el punto de los tres grandes muralistas, no como una reducción sino como una ampliación de horizontes.

"El legado de Siqueiros es tanto la obra artística, sus murales, la de caballete pero también el archivo que legó a la Sala de Arte Público Siqueiros, sus propuestas teóricas, su concepción de cómo se tenía que trabajar un arte comprometido con el presente.

"La vigencia y vitalidad del legado de Siqueiros se sustenta tanto en su propia trascendencia como la renovación que aportan distintas generaciones de especialistas y públicos. Estas aportaciones permiten que mantengamos con Siqueiros un diálogo en primera persona".

El excelentísimo embajador de Rusia, Valery Morosov, comentó:

"Una semana antes de la muerte de Siqueiros en Cuernavaca, donde conoció a su familia, su vida pública fue vinculada con la Unión Soviética. Siqueiros fue un hombre que dejó un recuerdo profundo dentro de mi país, porque fue gran amigo de nuestra Nación, además de ser un gran artista fue un luchador permanente por la paz y fue miembro del Consejo Mundial de la paz.

"Siqueiros fue un embajador, porque gracias a las actividades de Siqueiros los rusos conocieron a México".

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