Silencios Estereofónicos
Una noche Apocalyptica a cuatro chelos metaleros y una batería en el Auditorio Nacional. El maestro Bob Dylan espera turno en el mismo foro de la ciudad de México
Por: Félix Morriña
Vaya, hace apenas una semana decía que algunos detractores de Apocalyptica manifestaban a los cuatro vientos que su fórmula de éxito musical pronto acabaría por saturar a su público, gracias a que ejecutaban material grabado por gigantes del metal pesado a nivel mundial y que lo poco que habían compuesto no sería motivo para mantener a esta banda en el gusto continuo de sus seguidores.
Seguro se llevaron tremenda sorpresa la pasada noche del martes 5 de febrero, cuando Apocalyptica interpretó gran parte del contenido de su reciente disco "Worlds Collide" y los éxitos que le han dado fama internacional en un abarrotado Auditorio Nacional (casi 10 mil asistentes) con éxito poco visto en músicos de corte academicista, es decir, educados en conservatorios.
Las informaciones que llegan hasta esta redacción indican que los conciertos de Apocalyptica en Monterrey (sábado 2 de febrero) y en Guadalajara (miércoles 6 del mismo mes) estuvieron a la altura de las expectativas de la audiencia de esas entidades, pero un colega que tuvo la oportunidad de asistir a los tres encuentros musicales me confesó que definitivamente el mejor de todos en México fue el del Auditorio Nacional, es decir, al que fue este interlocutor.
Mi contacto, explicó que el concierto del Auditorio Nacional fue de mayor importancia por la sencilla razón de que la agrupación finlandesa se entregó por completo, ya que no "pichicateó" en interpretar más piezas de lo previsto en el programa planeado; sudaron hasta quedar prácticamente muertos; fue mejor porque la participación de la gente llegó al éxtasis, y sobre todo, porque la acústica del Auditorio Nacional (el foro más importante de América Latina para conciertos internacionales) ayudó a distinguir cada chelo, cada nota y cada improvisación de los integrantes de Apocalyptica.
Estoy de acuerdo en cada punto señalado líneas arriba, como también mucho tuvo que ver el ingeniero de audio que trae la agrupación finlandesa, quien supo aprovechar al máximo las cualidades físicas del recinto de Reforma y Campo Marte (ciudad de México), porque ha habido otros ingenieros que no sacan adelante el concierto del artista en turno a pesar del equipo de producción y audio del Auditorio Nacional.
Pero lo más importante registrado por sus seguidores la noche del pasado martes 5 de febrero fue que los integrantes de Apocalyptica, al terminar el recital de poco más de hora y media, en el que interpretaron un programa de 19 piezas de corte heavy metalero a cuatro chelos y una batería, salieron en una impresionante limusina negra de seis puertas e igual número de ventanillas para estacionarse brevemente frente al Auditorio Nacional y dejarse fotografiar por sus fans.
Los jóvenes veinteañeros que se dieron cita al recital y que se quedaron a adquirir algunos productos de la oficial y pirata mercadotecnia masiva de Apocalyptica (discos, vasos, tazas, encendedores, playeras, prendedores, pancartas, etc, etc), tuvieron el privilegio de ver el arrogante poderío económico del grupo, como su gran fama internacional, pero con mucho tacto lo manejaron, al dejar fotografiar el majestuoso vehículo sin la seguridad mínima con ellos abordo y asomándose por las ventanillas.
Sólo se alcanzaba a ver desde fuera de la limusina botellas de whisky caro, champaña, cerveza, mujeres bellas y se escuchaban contagiantes risas de satisfacción por un concierto de poco más de 90 minutos bien trabajados. Sin duda, es una agrupación famosa nacida de la funcional idea de interpretar, inicialmente, en chelos rolas de bandas metaleras de renombre mundial, como Metallica, Pantera, Sepultura, Faith No More, Slayer y Rammstein, entre otras.
Con el paso del tiempo, Apocalyptica se ganó al público exigente interpretando material compuesto por sus integrantes, además de mejorar sus presentaciones y agregando a un baterista a la agrupación.
Cabe recordarles a nuestros lectores, que Apocalyptica vino a México a promocionar el contenido de su reciente disco "Worlds Collide". Eicca Toppinen, Paavo Lötjönen. Perttu Kivilaakso, Antero Manninen y Mikko Sirén (batería), integrantes de Apocalyptica, tocaron en su gira un cover de David Bowie titulado ‘Heroes’ (que en lo particular me hizo girar sobre mi propio eje con todo y esguince agudo en el Talón de Aquiles del pie izquierdo) y uno de la genial maestra cantautora alemana Nina Hagen, llamado ‘Seeman’.
Claro está que ejecutaron en el Auditorio Nacional ‘Seek and Destroy’ y ‘Enter Sandman’, de Metallica, como también ‘Grace’, ‘I’m Not Jesus’, ‘Ion’, ‘Helden’, ‘Last Hope’, ‘SOS’ y ‘Worlds Collide’, temas de su reciente disco. Vaya que fue una muy buena velada alejada de los excesos de antaño y con mucha alegría festiva heavy metalera a cuatro chelos y una batería.
Por otro lado, el varias veces candidato al Premio Nobel de Literatura, Bob Dylan, presentará en esta segunda visita al país en plan de trabajo el contenido de su "Modern Times" (grabado en estudio en el 2006), como también del disco recopilatorio "Dylan" (2007), algunas canciones del material en vivo "Live at Canegie Hall 1963" (sacado al mercado en el 2005) y parte del disco que hiciera con su banda Travelling Wilburys, titulado "The Travelling Wilburys Collections" del 2007.
La leyenda del rock realizará una gira por cinco países de América Latina entre febrero y marzo, llevando su "Never Ending Tour" al sur de la frontera estadounidense, informó recientemente en su página de Internet el veterano cantante. En la Ciudad de México actuará la noche del martes 26 de febrero en el Auditorio Nacional (20 horas). Los boletos más baratos cuestan 275 pesos y el más caro mil 780 devaluados pesitos.
Dylan, de 66 años, se presentará en tres ciudades mexicanas entre el 26 de febrero y el 2 de marzo, para luego hacerlo en Brasil, Chile, Argentina y Uruguay, en una serie de conciertos que culminarán el 20 de marzo.
Robert Allen Zimmerman, mejor conocido como Bob Dylan en el mundo de la música y como Elston Gunnn, Blind Boy Grunt, Lucky Wilbury, Boo Wilbury, Elmer Johnson, Sergei Petrov y Jack Frost en el mundo de la literatura, es un artista asociado siempre con la década de los años sesenta, pero sus recientes tres discos han regresado a Dylan al mundo contemporáneo y retomado por jóvenes talentos en todas las bellas artes.
Famoso por discos clásicos como "The Freewhelin’ Bob Dylan" (1964), "Highway 61 Revisited" (1965), "Blonde On Blonde" (1966), "Blood On The Tracks" (1975), "Time Out Of Mind" (1997) y "Love and Theft" (2001), entre otros, también ha sido retomado recientemente en el séptimo arte en "I’m Not There" en la que la actriz Cate Blanchett interpretó a Bob Dylan en un papel que le valió el Globo de Oro hace unas semanas.
Cabe recordar que Bob Dylan vino a México hace 17 años y tocó en el extinto Cine Ópera, donde los teloneros fueron Los Lobos y en aquella ocasión dejó pasmados a los más de cuatro mil asistentes, pero demostró que sufre el "Síndrome de John Lennon", es decir, piensa que en cualquier momento lo van a matar, que lo van asesinar por escribir sobre la decadencia del sistema capitalista y en específico de la Unión Americana.
Y no es para menos, al huraño genio de la música contemporánea nadie le ha igualado su manera de escribir sobre situaciones adversas al sistema político gringo, como tampoco su manera de componer, de vivir y de analizar los fenómenos socioculturales de la segunda mitad del siglo XX a la fecha.
Si bien es cierto que nunca aprendió a cantar como un barítono, su manera de interpretar sus letras es muy singular y distinguible.
El compositor del himno de los años sesenta ‘Blowin’ In The Wind’ y de la famosa ‘Like A Rolling Stone’, es sin duda un genio al que no puede ningún amante de la buena música dejar pasar la oportunidad de verlo en vivo y en directo, y esa ocasión será el martes 26 de febrero en el Auditorio Nacional. Mucha suerte y allá nos vemos.
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