Las razones del diablo
El nuevamente Por: Dionicio Munguía J.
Nuevamente no tengo ganas de escribir el día de hoy. Nuevamente sucede algo en el mundo de las letras a nivel nacional o internacional. Nuevamente se lee con placer que hay poetas y poesía, que en algún lugar del mundo, en este momento, nuevamente alguien publica un libro con palabras, lleno de poesía o una novela que implica la realidad del mundo que nos rodea, o simplemente, o nuevamente, como quieran llamarlo, un libro lleno de imaginación, de fantasía, de simplemente literatura.
¿Por qué de pronto insisto en esta imagen que de poética no tiene precisamente un sentido? Porque nuevamente amanecí con las ganas atrasadas, con esa somnolencia que por las mañanas atrapa mis sentidos y provoca que la pereza, que no el ocio, inunde plenamente mis dedos matutinos e impida que las palabras broten de manera natural, como casi siempre sucede al iniciar el día. Sin embargo, hay días en que la literatura se queda escondida en un cajón de la biblioteca, entre las páginas de un libro o junto a un poema recién escrito la noche pasada.
Hoy, nuevamente, sucedió que amanecí sin ganas de escribir, con la certeza de que tenía que terminar esta nota y enviarla al periódico, casi seguro de que algo tendría que decir, porque la intención que hoy no tiene, es siempre expresar un algo, o complicado o sencillo, o simple, o, simplemente, y nuevamente, un tema común para los lectores que siguen estas líneas. Casi he hablado de todo lo que se me atraviesa en el camino, por momentos he ingresado a lugares no muy sencillos, ni muy fáciles de comprender, pero siempre he intentado hacerlo comprender a quien me lee. O me entra la nostalgia, la melancolía, la tristeza o la depresión, pero de que algo siempre escribo, eso es seguro.
Y este día, a pesar de que casi cubro lo requerido de todos los jueves, me doy cuenta que hablo de un concepto, el nuevamente, porque es un concepto que utilizamos de manera constante, cotidianamente, para casi todo, incluso para aquello que no suele ser importante, pero que toma una importancia personal, ínfima. Y hoy tuve esa idea, de escribir de algo porque no tenía ganas de escribir, porque este día no tenga precisamente ganas de pensar en un tema universal, de incluir citas fenomenales (que casi nunca lo hago), o de hablar de uno de mis poetas preferidos.
Así estoy este día, nuevamente, porque éste nuevamente también tiene recovecos no muy claros ni muy comprendidos, situaciones adversas o correctas, pero al fin y al cabo cosas tan simples que nos complicamos absurdamente con algo tan sencillo como el nuevamente.
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