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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Una mirada plástica

Una mirada plástica

El arte no es arte si no hay alguien que lo consuma: Juan Acha

Por: Paul Achar

Al terminar el

Foro Nacional de Derecho Autoral, le pregunté a Rosina Piñeyro, presidenta de la OMPI, ¿cómo nos veían a los artistas plásticos en el extranjero? Ella me comentó que los artistas mexicanos son muy bien vistos; incluso, nuestra obra es muy apreciada fuera de las fronteras mexicanas.

Fue entonces cuando me surgió la pregunta ¿por qué si nuestro arte es bueno y bien apreciado no aplicamos los recursos necesarios para la promoción, difusión y venta, que nos sirva para atraer recursos a nuestro país?

Acto seguido le pregunté los principales puntos por los cuales es reconocido nuestro trabajo, a lo que respondió que el colorido de nuestro país es muy intenso; su paleta es muy colorida con altos contrastes y no sigue las tendencias mundiales, así como la autenticidad de la creación. En la mayoría de los países sólo hacen variaciones sobre temas ya explotados con anterioridad, pero aquí sí tenemos frescura, propuesta, al menos así es como nos ven afuera.

Buscar que nos promuevan será fantástico, por lo menos que permitan el libre tránsito por nuestras aduanas y sin tantos trámites.

Algunos de los artistas con los que platiqué me comentaron que su obra se ha quedado varios días en las aduanas para después ser liberada, pero no con un arancel, porque está libre del mismo, sino con el pago de hospedaje en los almacenes de las aduanas y así desaniman la exportación y la difusión en el extranjero.

Aun cuando se supone que deberían haber un libre tránsito, las aduanas no están bien informadas, así que detienen la obra hasta ver si efectivamente están libres de aranceles, lo que al final de cuentas resulta una buena estrategia para hacer un cobro.

Por tales motivos le hice una propuesta a la directora del Salón de la Plástica Mexicana para que en forma conjunta las empresas y el gobierno trabajaran para la venta de obra en el extranjero y volver rentable la plástica, a lo cual me comentó que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) no está facultado para vender obra y si así lo hiciese cometería un delito. Entonces ella me surgió la pregunta ¿qué quieren decir ventas libres?

En teoría, las ventas libres son todas aquellas hechas entre particulares y artistas; el Salón de la Plástica Mexicana, por ejemplo, sólo presta su espacio para la promoción y difusión de la obra, pero no está facultado para participar en la venta.

El Salón de la Plástica Mexicana fue creado a partir de las ideas de Fernando Gamboa y Carlos Chávez, con un proyecto presentado 1947 al del Departamento de Artes Plásticas del todavía Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

El 16 de noviembre de 1949 se inauguró en la Galería Orendáin (Puebla 154, colonia Roma) dicha sala con el nombre de "Salón de la Plástica Mexicana. Galería de ventas libres".

 

Este espacio fue creado para la promoción y difusión.

En este momento es necesario volver rentable la cultura para se caiga la venda de los ojos del gobierno y se dé cuenta del gran negocio que es la cultura. Creo que temas como el turismo cultural no han sido explotados, tampoco la importancia del valor agregado que tenemos por ser un país de artistas de primer mundo con espacios de promoción y formas de difusión de tercer mundo.

No entiendo por qué la Secretaría de Educación Pública no crea proyectos donde se retomen todas las artes como parte de la formación básica de nuestros niños, que son las piedras donde soportaremos el México del mañana.

La semana pasada terminó la exposición de Gregory Colbert con una cifra impresionante: más de ocho millones de visitantes. ¿Por qué creen que un país donde las exposiciones están nutridas por el expositor y sus amigos, ver una muestra que logra captar a tantos visitantes es digna de estudio? ¿Qué es lo que hace la diferencia? No nada más bien logrado del montaje logró que la afluencia ascendiera a esos niveles, sino que tuvo algo muy importante: la difusión, que es una necesidad fundamental para lograr despertar ese gusto por las artes y promoverlo hasta lograr interesar a los futuros amantes del arte.

Entreguémosle nuestro arte a los que lo pueden comprar, permitiéndoles disfrutarlo a aquellos que no pueden adquirirlo, difundámoslo. No lo mantengamos oculto; al arte démosle la oportunidad de brillar en nuestros corazones.

Démosle las herramientas a nuestros hermanos para que aprendan a saborear la escénica del arte.

Ustedes, muy queridos lectores que son amantes del arte, depositen ese interés en sus amigos para que cumplamos el último fin del arte: su disfrute.

Ya bien lo dijo nuestro ex presidente Adolfo López Mateos, "el destino último de las grandes obras de la plástica sólo se cumple cuando pueden ser disfrutadas por el pueblo".

Si con todas estas trabas el arte plástico camina, imaginen por un momento si lo impulsáramos. Tal vez correría.

 

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