Escaramuza
Al maestro con cariño Por: Polo Castellanos
En la escuela, la maestra dice: A ver Pepito, ¿cómo te imaginas la escuela ideal? ¡Cerrada, maestra! La manzana que tradicionalmente se depositaba en el escritorio de los maestros, símbolo ejemplar de la buena conducta y las buenas costumbres o símbolo inequívoco de que el soborno y la corrupción pueden comenzar en un salón de clases, hoy se ha podrido y enfrenta uno de sus más grandes retos, la llamada: "revolución educativa" en el marco de una abominable Alianza para la Calidad de la Educación.
Catalogada como el "proyecto educativo más ambicioso de la historia", sólo demuestra la ignorancia en la materia de Historia de México (por eso estamos como estamos). El proyecto más ambicioso en la historia fue en realidad el impulsado por José Vasconcelos y la educación socialista del Gral. Lázaro Cárdenas, ambos boicoteados hoy, justamente por quienes pasaron de noche por la escuela y se ostentan como salvadores de la educación: un presidente usurpador, una charra sindical, y una tecnócrata en economía que dirige la educación del país y claro, apoyados por una botarga que dirige la Secretaría de Hacienda que es, en palabras de una charra, "solidario y comprensivo" con la educación.
Con semejante planilla de especialistas, México está muy lejos de una revolución educativa que beneficie al pueblo y al país. No sólo se mordieron la lengua (no pasa nada, la lengua viperina vuelve a crecer) cuando en la conmemoración del "Día del Maestro" se volcaron en autocomplacencias y zalamerías: "Sr. Presidente", "Sra. Secretaria", "Maestra" por aquí y por allá, en entregas de reconocimientos tardíos y por demás demagógicos a maestros longevos que han dejado sus vidas en los salones de clases, aunque algunos de ellos, cómplices de las atrocidades y el letargo educativo de este país o simplemente artífices fieles de la descomposición del Estado mexicano.
A cincuenta años de la lucha magisterial encabezada por el maestro Othón Salazar y el Movimiento Revolucionario del Magisterio MRM, la "revolución educativa" del Gobierno será el pretexto para que las golpizas de entonces, de la policía montada, los heridos y los asesinatos tengan ahora una nueva justificación. "Te alineas o te alineas maestrito". Ya de por sí 50 años después estamos como al principio, el magisterio democrático defiende sus demandas originales, más las demandas actuales sobre cuestiones de fondo en la transformación de la educación, de profesionalización de la planta docente, de mejores condiciones, de trabajo, vida, salud, etcétera. Y el desconocimiento de los charros que dirigen el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación SNTE que ya desde entonces lamían el hueso que les aventaban desde la presidencia de la república, sobre todo en el sexenio de Adolfo López Mateos, otro que pasó a la historia oficial como un "impulsor" de la educación con el libro de texto gratuito (proyecto vasconcelista) y los demagógicos desayunos gratuitos y no como el asesino y represor de campesinos, obreros y maestros que en realidad fue. Como el asesinato del líder campesino Rubén Jaramillo, la persecución de maestros y el encarcelamiento de artistas como el Coronelazo, el muralista David Alfaro Siqueiros.
Pero una maldición pareciera que persigue a los maestros democráticos, desde sus sarcófagos las momias que dirigen el SNTE vigilan de entre sus trofeos, lápidas de maestros asesinados, su hueso y sus poderes plenipotenciarios que sobreviven sexenio tras sexenio. Quienes controlan el conocimiento y la educación controlan al país.
Mientras, la vergüenza de la "revolución educativa" se escuchó en todo el país, la persecución de maestros democráticos continúa. Las órdenes de aprehensión siguen ejecutándose, las torturas y las desapariciones forzadas de maestros siguen vigentes, hoy, después de los trágicos hechos de Oaxaca, se les acusa de terroristas.
Así las manzanas podridas de los escritorios del sindicalismo magisterial y sus frentes abiertos en los Pinos, llevarán en su conciencia e historia la muerte de cientos de maestros que han entregado sus vidas a la educación, a su pueblo y a su país. Y las cabezas de maestros como las de Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos, obligados a tomar las armas para defender sus vidas por intentar hacer transformaciones sociales a través de la educación, seguirán cayendo junto con un país que aprendió a dejar manzanas en los escritorios de sus maestros para obtener buenas calificaciones o hacer chistes de Pepito, reflejos indiscutibles del sentir popular, y con la dedicatoria: "A mi maestro con cariño".
0 comentarios