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IMPULSO Estado de México || Sección Cultural

Las razones del diablo

 

Ver a Paz

Por: Dionicio Munguía J.

 

La semana pasada, dentro de los homenajes al décimo aniversario por la muerte de Octavio Paz, Canal 22 transmitió una filmación donde el Premio Nobel mexicano actúa dentro de la obra Ubu Rey. Es extraño ver al poeta como actor en una presentación de este tipo. Pero no es la primera vez que Paz estuvo detrás de las cámaras o frente al público desempeñando otro tipo de actividades ajenas a su principal actividad artística: la poesía.

No es la imagen del Paz actor lo que me mueve a escribir esta nota, sino las variantes que los escritores pueden desempeñar en sus presentaciones públicas. Durante estos más de veinte años que he estado en el medio, he vislumbrado las diversas opciones que los artistas presentan. He visto realizar performances por escritores, conciertos de sax al mismo tiempo que se improvisaba literatura y se pintaba, obras de teatro basadas en poemas, lecturas dramatizadas en atril o con actores profesionales.

Ver a Paz actuando nos debería ampliar los horizontes de actuación. No quedarnos en la simpleza de la lectura, sino experimentar en las posibilidades de la dramatización. Recuerdo la vieja película En este pueblo no hay ladrones donde la actuación de diversos artistas fue notable, aunque mínima. Estaba un director de cine, Luis Buñuel, en un papel contrario a su ideología comunista, de cura. Estaba Leonora Carrington, Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, Carlos Monsiváis (de él no estoy completamente seguro en esta película, como sí sucedería años después en Los caimanes), Se logra ver en la reunión de la entrada del cine a personajes tan diversos como los pintores Juan Soriano y José Clemente Orozco, incluso se menciona, aunque no aparece en los créditos, que José Revueltas también estuvo en esa filmación, junto a María Izquierdo, la filósofa española en destierro en esa época.

La sensibilidad no implica o no debería implicar un sólo camino. Al contrario, debería ampliar los espectros artísticos y no centrarse en la consecución de un sólo esquema. McLuhan expresaba en La aldea global, que los seres humanos tienden a quedarse en un esquema unitario, porque eso implica menos desgaste emocional, sin embargo, para establecer la aldea global, el ser humano deberá cambiar ese esquema y expresarse de diversas formas, no por grupos, sino individualmente, para que funcione de manera correcta la globalización mcluhiana. Ese era el esquema aceptable en los años sesenta y las comunas hippies partieron de tal premisa para justificar su existencia.

Ahora ya no tenemos comunas hippies, ni muchos se acuerdan de ellas. Estamos frente a una globalización económica y no expresiva; patentamos el cambio generacional como producto comercial y nos olvidamos un tanto del humanismo. Quizá por eso son importantes los artistas en la actualidad, a pesar de la poca o nula difusión que de su trabajo se realice. Es por eso que la imagen del Paz actor llama tanto la atención, porque no hizo muy pública esa parte de su sensibilidad artística, no al menos para la gran mayoría del público.

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